Los 60 años de un grande de nuestra historia,Jorge González. Por Juan Francisco Torres
Carrizal Bajo, Buschmann, Inacap y el Chompalhue
Arturo Alejandro Muñoz
NO LO CONOCÍ personalmente, y estoy seguro que Sergio Buschmann tampoco supo que existía un tal Arturo Alejandro Muñoz dando vueltas por páginas y medios electrónicos. Sin embargo, en cierta medida nuestras historias personales se cruzaron en más de algún momento, independientes de las vorágines individuales, con vuelo propio y objetivos similares (aunque parezca dudosa tal afirmación).
De Sergio Buschmann todos recordamos su acción en Carrizal Bajo, con la fallida internación de armas que el Frente Patriótico Manuel Rodríguez esperaba distribuir en ciertos núcleos poblacionales a objeto de enfrentar las embestidas fascistas y sanguinarias del militarismo vigente. En este punto me detengo, y recuerdo…
¿Sabían ustedes que el barquichuelo que transportó las armas a Carrizal Bajo se llamaba “Chompalhue” y que hasta pocos meses antes de esa arrojada acción había pertenecido a INACAP? Y cuando digo esto, me estoy refiriendo a un INACAP aún filial de la CORFO, dirigido en ese entonces (1981) por militares, como el excoronel Oscar Coddou Vivanco, quien fue partícipe (y actor) de una anécdota hilarante en la que aquel barquichuelo tuvo protagonismo.
Aclaremos un punto. En aquellos años todavía el Instituto Nacional de Capacitación Profesional dedicaba parte importante de sus labores a la formación y capacitación de trabajadores altamente calificados. Entre ellos, patrones de embarcaciones pesqueras, timoneles y similares. Por eso, con enorme esfuerzo económico el Instituto había adquirido dos “barcos-escuelas”, el Chompalhue y el Huapilacuy, los que fueron ‘aggiornados’ y equipados en la bahía de Puerto Montt, pero fue necesario trasladarlos a la zona central y norte a objeto de comenzar a usarlos como talleres en los cursos de formación ya señalados.
El encargado de pilotar el viaje marítimo hasta el puerto de Talcahuano fue quien en esos años fungía como Director de la sede de INACAP en la comuna de Renca, un viejo exoficial de la marina de apellido Echegoyen, quien, por cierto, llevaba ya muchos años fuera de borda, de nave y de mar, toda vez que estaba dedicado de lleno a la administración de una de las principales sedes de INACAP a nivel nacional… ni más ni menos que Renca, en aquellos años el espejo del Instituto.
Coddou Vivanco, coronel que se según dijimos líneas atrás era el Director Ejecutivo de esa filial de CORFO por designación directa de su compadre Augusto Pinochet (sí, compadre, porque Coddou era el padrino de Marco Antonio Pinochet Hiriart), venía de regreso de una criticable experiencia como Agregado Militar en la Embajada de Chile en España, donde según las malas lenguas –dadas sus características de ‘lacho’- habíase involucrado en frondosos líos diplomáticos al encamarse con alguna esposa de cierto attaché europeo en la tierra de Franco. Obviamente, con el debido recato que caracterizaba a los colijuntos beatos españoles y pelotillehuenses, el ‘caudillo’ fascista recomendó a don Augusto retirar de la embajada al coronel y llevarlo de regreso a las tierras sudacas. Así se hizo, pero Pinochet no abandonó a su compadre… por ello, con la anuencia de doña Lucía, lo designó Director Ejecutivo de INACAP el año 1979.Hasta ahí la historia de cómo y por qué ese coronel llegó a donde llegó.
El asunto es que Coddou Vivanco, siempre proclive a la faramalla espectacular de bandas de guerra, formaciones militares y, obviamente, televisión y prensa para impresionar a su compadre (especialmente a su difícil comadre, doña Lucía), decidió viajar a Talcahuano acompañado de selecta comitiva de CORFO, ordenar al milicaje y a los ‘managuás’ de la zona esperar –con bombos y platillos- el arribo del Chompalhue y del Huapilacuy que venían, por mar obviamente, desde Puerto Montt.
Hubo formación militar y marinera. Bandas de guerra. Pendones, banderas, periodistas… gran expectación de la ‘gallada’ que a esa hora transitaba o laboraba por las cercanías de la zona prohibida a los ‘paisas’, como se les llama en lenguaje milico a los civiles. Coddou estaba henchido de orgullo. Demostraría a su compadre cuán capaz era en cuanto a administrar con mano militar una institución de fuste.
La llegada de los dos buques.-escuela estaba programada para las 11:00 horas. El día presentaba cielo nublado, sin viento ni lluvia y mar calmo. Ochenta militares y sesenta marinos esperaban, en correcta formación, la llegada de los navíos. Mucha oficialidad se preocupaba de mantener galones y zapatos con el debido lustre, después de todo, la televisión estaba también presente y era un hecho cierto que don Augusto vería en Santiago el despliegue efectuado para la ocasión. La banda de la Armada se encontraba lista y dispuesta para atacar con los sones pertinentes no bien aparecieran las embarcaciones frente al puerto.
A mediodía, una hora después de lo programado para el arribo, un preocupado coronel Coddou ordenó hacer contacto radial con Echegoyen ya que las embarcaciones no aparecían frente a las costas de Talcahuano.
– Atento Chompalhue… atento Chompalue…indique posición….
– Aquí Chompalhue… bordeando costa Arauco, pronto a ingresar a puerto (respondió con voz segura Echegoyen).
Treinta minutos más. Del Chompalhue… ni luces. Sudando frío, el excoronel Coddou solicitó nuevo contacto radial. La voz de Echegoyen sonaba fuerte y clara, indicativa de que el susodicho se encontraba muy cerca del puerto. Pero, pasaban los minutos y ninguna embarcación mostraba su arboladura frente a las formaciones de milicos y marinos, donde el coronel compadre de Pinochet comenzaba inquietarse de verdad.
– Chompalhue, señale QTH
– Atención Talcahuano, ya estamos al arribo
– Chompalhue, ¿divisa el morro?
– Negativo, Talcahuano, negativo…
Minutos después, Echegoyen radió su posición señalando que habían bordeado siempre la costa, teniendo tierra firma permanentemente a babor… pero, en este caso, el director de la sede de Renca –ignorante tal vez de la geografía de Chile- olvidó que al sur de Talcahuano se encontraba la desembocadura del río BioBio… por allí entró, subiendo río arriba en día nublado. Cuando se percató del error, Talcahuano estaba atrás, lejos… y la vergüenza se hallaba cerca, frente a sus narices.
Un helicóptero de la Armada guió a Echegoyen y sus embarcaciones de regreso a Talcahuano. Coddou retornó a Santiago con la mierda hirviendo en sus intestinos. El Chompalhue y el Huapilacuy fueron enviados al norte, a Iquique y Antofagasta, a cumplir labores de capacitación.
Algunos años después, luego de haber servido fielmente a las impetraciones de capacitación pesquera, el noble ‘Chompalhue’ cumpliría funciones muy distintas… más audaces… más novelescas… bajo la férula patriótica y valiente de un chileno de mayor envergadura y estatura moral: Sergio Buschmann.
¿Y qué ocurrió con el querido e histórico “Chompalhue”. En la página “Soy Calama” (soychle.cl), Christian Carrasco nos relata el final de aquel navío lleno de historias y de Historia. Me permito transcribir textualmente lo escrito por Christian Carrasco.
<<.Tuvo uno los destinos menos pensados para un navío de más de 20 metros de largo y cinco de alto, como es “recalar” en el desierto más árido del mundo y convertirse en disco pub.
<<La “Chompalhue” que se hizo conocida por la internación de armas desde por la Tercera Región, por Carrizal Bajo, vive sus últimos días en una finca del sector de Topáter, donde su actual dueño tomó la decisión para desarmarla. <<En la ciudad no existe mano de obra para desarmar un navío de tales proporciones, por ello llegó hasta la ciudad, Deliro Paillalebe, un chilote que sabe de barcos y embarcaciones de menor tamaño, quien a su pesar comenzó con el desarme, donde se ha encontrado con madera nativa que está hecha el navío, donde destacan maderas nativas como mañío, pellín