Uruguay:Un escenario favorable para una reforma integral de la Seguridad Social. Por:Antonio Elías.
El odio y terror casi irracional que manifiesta la derecha contra esa tienda partidista obliga a preguntar: ¿qué porcentaje electoral posee hoy (hoy, no ayer ni el 2018) el viejo e histórico Partido Comunista de Chile?
Arturo Alejandro Muñoz
No tengo certeza si el fenómeno ocurre también en otros países, pero lo que acontece en Chile respecto del partido comunista llama la atención y, por ello, es posible escribir esta nota.
La Derecha chilena, junto a sus aliados socialdemócratas, ha perseverado desde hace décadas en el intento de convencer a las mayorías ciudadanas, mediante gastadas monsergas, que la tienda política izquierdista procurará siempre un golpe de estado, una revolución sangrienta, así como también procurará la apropiación de bienes particulares, la expropiación de todas las empresas existentes, y la entrega de Chile a las garras de naciones imperialistas socialistas.
Según esta Derecha, el PC es algo parecido a lo que Jesse James fue en Estados Unidos en el siglo diecinueve; todo lo malo que ocurría en el oeste y centro-oeste de ese país, vale decir, todo robo, todo asalto, todo asesinato…la prensa, las policías y los políticos culpaban rápidamente a Jesse James. El establishment es porfiado en ello, acostumbra darle siempre una cara, un nombre conocido públicamente, a todo crimen o intento de crimen y de ilegalidad. Y si de política se trata, lo habitual es cargarle el muerto a un partido opositor, de preferencia, al más sólido, al más coherente, al más popular.
La derecha criolla se esmera en presentar al PC como un ente de alta peligrosidad, y a sus dirigentes y parlamentarios les endosa características de otros personajes (Nicolás Maduro es el favorito hoy día), soslayando convenientemente que ella y sus principales dirigentes son vástagos de la dictadura militar-empresarial encabezada por Pinochet y Merino, la que azotó al país asesinando a miles y regalando exitosas empresas fiscales a manos privadas en un saqueo monstruoso que no tiene parangón en nuestra Historia.
Entonces, en Chile –y ese el ‘fenómeno’ al que aludíamos al inicio de esta nota- pareciera que hay dos Partidos Comunistas: el que insiste en mostrar falazmente la derecha junto a la prensa de su sector, y el que certifican sin error las estadísticas electorales.
Como ya es habitual, una vez más, y también en esta materia, la derecha miente…crea sus propios fantasmas y monstruos para asustar al respetable…y enfermizamente termina creyendo a pie juntillas su propia fantasía.
En noviembre de este año 2021 habrá elección presidencial y parlamentaria en Chile. Desde el año 1973 el viejo Partido Comunista Chileno (PCCh) no había logrado remontar en sus números, manteniéndose en las cercanías del 9% del sufragio nacional, amén de haber estado excluido durante largo tiempo de las alianzas que la centroizquierda estructuraba como gobierno. Socialistas, Socialdemócratas y Democristianos, mantenían al PCCh fuera de toda estructura de bloque. Finalmente, hace un par de años, la tienda de la hoz y el martillo fue aceptada en la coalición llamada Nueva Mayoría.
Increíblemente tal vez, la tienda comunista se incorporó al bloque que administraba (y aún administra) el sistema neoliberal, y a decir verdad, el bloque lo hizo quizás mejor que la propia derecha que había sido su progenitora.
En los últimos 20 meses ha sucedido lo que siempre temió la conservadora derecha chilena: el PCCh se retiró de la coalición mencionada buscando recuperar parte de la particular historia del izquierdismo ortodoxo chileno, aunque esta vez con muchos guiños al neoliberalismo y pocas sonrisas en favor de expropiaciones, aunque sí de nacionalización de algunos recursos naturales, como el cobre, el litio, el mar y el agua (Chile debe ser uno de los escasos países en el mundo donde el mar y el agua están en manos de empresas privadas).
Lo cierto es que en estos últimos meses el PCCh parece haber renacido y sus guarismos se aproximan al 10% del padrón electoral. Pero, no se trata únicamente de estadísticas electorales lo que aterra al mundillo conservador del país andino (y a muchos socialdemócratas también), ya que en las encuestas de opinión el nombre de un candidato comunista a la presidencia de la república encabezó durante meses las preferencias electorales. Se trata del alcalde de la comuna de Recoleta, Daniel Jadue, arquitecto y sociólogo de 53 años de edad que, finalmente no obtuvo el triunfo en las primarias electorales, pero a pesar de ello en los sectores del conservadurismo local el temor a un posible gobierno en manos comunistas ha rebrotado como por encanto (tal vez debido a que Jadue obtuvo la segunda mejor votación en esas Primarias, superando con largueza a los representantes del derechismo). .
Cualquier persona desavisada y desinformada respecto de estos asuntos –si se basa en lo que dice y acusa la venal prensa derechista (motejada como “prensa canalla”)- creería que el Partido Comunista es un gigante electoralmente hablando, y que tal vez cuenta con un 40% de las preferencias ciudadanas.
Pero, en estricto apego a la verdad, si se toma como referente la última elección de concejales (año 2021) donde, a nivel nacional, participaron todos los partidos políticos existentes en el país, la vieja tienda izquierdista obtuvo un 9% de los sufragios.
¿Es mucho, o es poco? Bien vale recordar algunos datos sobre este tema. El año 1947, luego que el PCCh formara alianza con socialistas y radicales en el Frente Popular, alcanzó el 16,9% de los sufragios, un número muy respetable que lo colocaba entre los partidos políticos que influían directamente en el quehacer nacional.
Durante el gobierno de la Unidad Popular, el PCCh fue, sin duda ninguna, el partido que más defendió y cuidó la democracia y las leyes. De hecho, ninguna otra tienda inserta en la Unidad Popular fue más leal y consecuente con el presidente Allende y su programa como lo hizo el PCCh.
La página Memoria Chilena, nos dice lo siguiente:
<<En los primeros años del régimen militar cientos de comunistas fueron muertos, detenidos desaparecidos, encarcelados, torturados y exiliados; por lo que el partido se debatió entre la sobrevivencia, el exilio y la lucha contra la dictadura. En la década del ochenta, el partido adoptó una política de rebelión para enfrentar la dictadura de Pinochet pero, en cambio, triunfó la estrategia de negociación impulsada por la Concertación de Partidos por la Democracia a fin de reinstaurar el régimen democrático en el país. Al finalizar el siglo XX, su marginación de la alianza de gobierno y el derrumbe de la Unión Soviética le restaron protagonismo y electorado>>
Poco a poco, ese partido ha logrado repuntar en materia electoral. Hoy, ya lo dijimos, muestra un 9% de apoyo en sufragios, y un número de afiliados y simpatizantes que parece ir en aumento. Pero, en términos de comicios, el 9% sigue siendo su realidad electoral. ¿Podrá lograr la Presidencia de la República el año 2022 un representante –mujer u hombre-, miembro de esa tienda partidista? Asunto improbable, mas, no imposible.
Por su parte, como nunca había ocurrido en las últimas tres décadas, la Derecha es consciente de haberse desperfilado seriamente, y de tener escasas posibilidades de continuar en los próximos cuatro años (2022-2026) a cargo del gobierno una vez terminado el período de la administración de Sebastián Piñera, quien hasta este momento cuenta con un escaso 17% de aprobación ciudadana y más de 80% de rechazo.
Desde esa innegable realidad estadística, a las tiendas derechistas (UDI, RN, EVOPOLI) les parece que el PCCh es una organización mucho más grande y poderosa de lo que realmente es en la fría realidad, Ello se debe a que esos vástagos del pinochetismo nostálgico confunden (tal vez interesadamente) volumen con nivel y grado de influencia.