La Cultura en Chile: cuesta abajo en la rodada

Ministros piñeristas, y Piñera mismo,  utilizan el gobierno, el ministerio  y el Consejo de la Cultura como si fuese local  de la cadena de hamburguesas Mc Donald’s, y además, como caja pagadora en beneficio de sus parientes, amigos y miembros de sus partidos derechistas

Arturo Alejandro Muñoz

MUCHOS ARTISTAS PENSABAN que la ‘Cultura’ -en Chile- no podría estar en un nivel más bajo y desprolijo que aquel en el cual se encontraba el año 2009 merced a los gobiernos concertacionistas y, muy especialmente, debido a la pésima administración de la señora Paulina Urrutia, en aquella época, Ministra de Cultura.

No temo siquiera equivocarme en una línea, ni en un concepto fugaz, al escribir con la certeza que otorga la experiencia de quien  ha participado en múltiples  eventos y proyectos culturales, que el único y verdadero proyecto cultural masivo y de calidad realizado por la Concertación, fue aquel que formó parte de la inolvidable y exitosa campaña del NO durante el período pre-plebiscito 1988. Después, ya gobierno, ese bloque político transitó las vías que asfaltaron los Chicago’s Boys y manejaron los empresarios de mil nacionalidades.

Fue así que en los gobiernos de Aylwin, Frei, Lagos, Bachelet y Piñera, los diferentes encargados (y finalmente ‘ministros’) de la Cultura, deambularon por pasillos escriturales, pictóricos, teatrales y artísticos con el paso que es propio de los que no tienen horizonte ni meta distinguible.

A lo largo de sus gestiones fue posible certificar la pobreza de ideas que caracterizó a los gobiernos del duopolio, quienes continuaron la torpe y deshuesada línea que trazaron los alimentadores de la dictadura, financiando obras pertenecientes a los ‘mismos de siempre’, tal cual si en el país no existiesen talentos nuevos (que, a pesar de los pesares, los hay a toneladas).

Los gobiernos concertacionistas, por ejemplo, desconocieron –tal vez voluntariamente- el arduo y fértil trabajo de cientos de artistas sitos en provincias, quienes crean y producen magníficas obras que engalanarán, más temprano que tarde, a la cultura nacional y a sus patrias láricas, esas que hoy siguen siendo tan lejanas al reconocimiento de la gran urbe santiaguina, que es el lugar donde se cuecen las habas intelectualmente coprolálicas, pero políticamente convenientes para cancelar favores electorales.

Es en esa enorme metrópolis donde el aporte provinciano se enmaraña, se difumina, y se pierde debido a intereses partidistas que privilegian a quienes sirven obsecuentemente de soporte a los dueños de la férula. El Ministerio de la Cultura (o “de las culturas” como lo han rebautizsdo)  muy poco hizo en beneficio del arte provinciano y de la creación regional, pese a que en el fuero interno de los mandamases subyacía la convicción de que era en las ciudades y pueblos distantes de la capital del reino donde la creación cobra renovada  forma y volumen.

Los distintos “encargados” de la Cultura durante las dos décadas concertacionistas seguramente querrán retrucar estas líneas diciendo que el Fondo para las Artes y la Cultura –el nunca bien ponderado FONDART- era la palanca incentivadora, pero a decir verdad esa ‘palanca’ continúa siendo hoy esclava de veleidades politicastras, cuyos perfiles son delineados por programas televisivos de huesos escasos y tonteras oficiales, negando financiamiento a la creaciones verdaderamente ‘nuevas’ e indesmentiblemente ‘culturales’, para –en cambio- beneficiar el gustillo personal o el interés económico-político de quien posa sus nalgas en el sillón de O’Higgins (lo que difícilmente puede condecirse con la ‘cultura’ propiamente tal).

Eso ocurrió ayer. Pero hoy –con la férula en manos de un gobierno derechista- el asunto es más grave y de peor pronóstico. El actual ministe3rio ha transformado al corazón del Consejo de las Artes y la Cultura en una sede de la cadena de hamburguesas y ‘cajitas felices’ Mc Donald’s como también en una especie de caja pagadora en beneficio de amigotes y compañeros de partido.

Con criterio cultural deleznable , Piñera y su amigo Cruz Coke creen (y apuestan a ello) que ‘Cultura’ no es sino la exposición y venta de figuritas de dudosa esencia folclórica pero de innegable calibre comercial bolichero, acompañadas por una batería de canciones interpretadas por distintos grupos pertenecientes al ‘folclore de postal’ y, por cierto, con la puesta en venta de variados objetos fabricados a base de lapislázuli, cobre e incluso carbón mineral, sin dejar en el olvido a las réplicas en miniatura de la cápsula ‘Fénix 2’ que rescató a los 33 mineros.

Para Cruz Coke (y para Sebastián Piñera, ergo), ‘cultura’ es  aquello que está administrado por la élite económica-social, o aquello que los turistas pueden encontrar y adquirir en una tienda del ‘Duty Free’ del aeropuerto de Pudahuel, o en el sitio donde desembarcan los pasajeros de los grandes cruceros marítimos. Todo lo que escape a ese “fachoidealismo neoliberal” es, para la derecha gobernante,  basura flaite, porquería popular, pantano socialistoide, ordinariez total.

¿Dijimos líneas atrás que para Piñera, Cruz-Coke y el resto de la pandilla neoliberal, ‘cultura’ tenía que ser también un buen negocio en directo beneficio de parientes, amigos y miembros de partidos derechistas?  Hoy es posible confirmar este aserto. Lea usted lo siguiente , publicado por el Diario “El Mostrador”    

<<La Unión Nacional de Artistas (UNA) emitió una declaración pública tras la millonaria ayuda entregada por el Ministerio de las Culturas a entidades ligadas a la élite.

<<«¿En serio nos siguen sorprendiendo? El gobierno del presidente Piñera pareciera estar abandonando el poder en un estilo muy poco decoroso. Se han traspasado límites éticos insospechados, por su audacia y falta de pudor, con objetivos que dan cuenta de una ‘estrategia’, al más puro estilo corsario: una distribución del botín antes de la zozobra», señala una declaración.

<<«Lo triste, es que la embarcación es del Estado de Chile, cuya carta de navegación ha sido errática y arrogante, en medio de tormentas feroces de años recientes. En estas últimas semanas, entre las decisiones apresuradas en la economía: proyecto minero Dominga, la política: falta de apoyo y una desafiante insolencia hacia la voluntad soberana de diseñar una nueva Carta Magna, en Justicia: con el indulto insospechado a delincuentes de cuello y corbata que estafaron al Estado; ahora se vienen a sumar hechos que nos involucran directamente como artistas. Una vez más».

<<La declaración cita declaraciones de Arturo Duclós, el presidente de Creaimagen, integrante de UNA, según el cual “no debiera sorprendernos” que se haya entregado un Fondo de Emergencia a Patricia Ready Galería por $99.707.380, pero estamos atónitos descubriendo que, además, Espacio Aninat se adjudicó un monto de 17.337.441″.

<<«Por otra parte, nos acostumbramos a ir a la guerra cada vez que hay que luchar por un bono que no supera los $2.000.000. Mientras, seguimos desarrollando proyectos eternos que caerán en la lógica de la concursabilidad, sabiendo que, finalmente, ganará el más
fuerte», continúa la declaración.

<<La Unión Nacional de Artistas repudió «los desmedidos recursos entregados a la élite cultural, repartidos entre familiares de miembros del gobierno y dueños de inmobiliarias, mientras la situación de los y las artistas en Chile es en extremo vulnerable».

<<«Hacemos un llamado urgente a levantar la voz desde nuestros gremios y organizaciones para no dejar pasar esta injusta situación. El legado de Piñera será una zona desértica de recursos económicos, jurídicos y de políticas sociales, en medio de la estrepitosa estampida, previendo que la derecha tiene muy pocas posibilidades de volver a instalarse en La Moneda», continúa.

<<«La gravedad del problema es que este ‘desierto’ no lo atravesará Allamand de la mano de su amada, lo atravesaremos todos. Mientras, la élite económica y social estará tan cómoda y tranquila como siempre, disfrutando su ‘destino manifiesto en la estratificación imperial de la colonización de Indias'», concluye>>.


¿Podemos exigirles más a personajes como Sebastián Piñera, Consuelo Valdés y Luciano Cruz Coke en estos temas? La cultura en serio, la verdadera, la que nace del alma del pueblo, la inmortal, la que logra aplausos y reconocimientos en el seno de cada provincia, de cada región, de cada comuna, esa cultura que es tomada en brazos por la gente del Chile real, esa cultura, amigos míos, resulta incómoda y políticamente incorrecta para los fundamentalistas del mercado.

El miedo a la libertad de pensamiento y el rechazo a la cultura verdadera, en Chile han adquirido máxima expresión, dejando muy en claro que para la derecha política y económica (socia emérita del duopolio que conforma junto a la corrupta y pusilánime Concertación mayordomil), ‘cultura’ es solamente aquello que puede ser vendido como ‘souvenir’ y que, además, intelectualmente no haga daño a nadie, ideológicamente no moleste a nadie, históricamente no interprete el sentimiento de nadie, y por último, políticamente no sea incorrecto de acuerdo a las pautas que interesan a los mastodontes empresariales que se reúnen en Casa Piedra.

Desde el momento mismo en que la sociedad del duopolio Alianza-Concertación comenzó su recorrido, en orden a lograr la consolidación del sistema económico y social impuesto por las bayonetas dictatoriales, se cerraron las puertas en nuestro país para que nuevas figuras del escenario artístico e intelectual pudiesen aparecer con las anuencias populares. A partir, entonces, de la formación de aquella sociedad de intereses corruptos, nuestro Chile se ha quedado sin la posibilidad de ver surgir a nuevos Roberto Matta, Claudio Arrau, Vicente Huidobro, Violeta Parra, Francisco Encina, Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Nicanor Parra, etc..etc.

Por ello, gracias a estos gobiernos concupiscentes pro depredación (y definitivamente anti chilenos), tendremos que conformarnos con ‘artistas’ de la talla de Kike Morandé, Miguel Piñera, Alberto Plaza y Luciano Cruz Coke.

¡Es lo que hay!