Sáhara Occidental,»Estados Unidos quiere implicar directamente a Argelia» Abdelaziz Rahabi, diplomático y ex ministro argelino.

 Sáhara Occidental,»Estados Unidos quiere implicar directamente a Argelia» Abdelaziz Rahabi, diplomático y ex ministro argelino.

Sáhara Occidental,»Estados Unidos quiere implicar directamente a Argelia» Entrevista a Abdelaziz Rahabi, diplomático y ex ministro argelino.

El diplomático y exministro argelino Abdelaziz Rahabi, reflexiona sobre los últimos acontecimientos relativos a la cuestión del Sáhara Occidental y al activismo de la administración estadounidense para imponer el hecho consumado sometiendo a votación en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución destinada a saldar esta causa. También se pronuncia sobre las últimas declaraciones de Steve Witkoff, enviado especial del presidente Trump para Oriente Medio, quien evocó un plan de reconciliación entre Argel y Rabat.

Un responsable estadounidense acaba de anunciar lo que llama un plan de reconciliación entre Argelia y Marruecos. ¿Cómo analiza usted esta declaración, por lo menos sorprendente?
Argelia no ha discutido con Estados Unidos lo que se presenta como un plan de paz con Marruecos, como si los dos países estuvieran en guerra. Si se trata de buenos oficios como los propuestos por Bélgica en 1978 o los repetidos e insistentes emprendidos por el rey Fahd en los años ochenta, el marco de la ONU no es el más indicado para hacerlo.
Hay, hay que decirlo, un clima creado por la prisa de Trump por influir en la diplomacia mundial presentándose como un hacedor de paz, incluso en Palestina, a la cual apoyamos sin temer la potencia de su lobby en EEUU, que favorece toda forma de hostilidad hacia nuestro país. Apoya y arma a Israel, pero en cuanto la opinión pública mundial comenzó a tomar conciencia de su naturaleza belicista y genocida, puso su peso para lograr un alto el fuego.

Eso no tiene nada de sorprendente. Hace más de un año, un pequeño pero influyente grupo en el Senado, dirigido por el republicano Joe Wilson…, había llamado a votar una ley clasificando al Polisario como una «organización terrorista», mientras que la ONU lo reconoce como legítimo representante del pueblo saharaui. En realidad, esta operación no convence ni siquiera a sus propios promotores, pero hacía pasar a Argelia por un país que albergaría a esta organización y que sufriría en consecuencia las sanciones de EE. UU. y de sus aliados.
Al mismo tiempo, los argelinos y los saharauis eran presentados como aliados de Irán y hostiles a los intereses de Occidente, mientras que Marruecos es presentado como un aliado y fiel incondicional de Occidente.

¿No hay, según usted, una voluntad de implicar directamente a Argelia en el conflicto saharaui que actualmente está siendo examinado por la ONU?
En realidad, la idea entre los amigos de Marruecos, tanto del mundo árabe como de los occidentales, era encontrar una solución a la cuestión saharaui en un marco puramente magrebí.
Esto fue experimentado bajo Horst Köhler, el predecesor de De Staffan de Mistura, quien pretendía resolver la cuestión saharaui en el marco de una integración magrebí y ya hacía temer «la autodeterminación bajo soberanía marroquí». Este concepto neocolonial tenía como objetivo diluirlo todo en una hipotética construcción magrebí que habría conocido el mismo destino que la Liga Árabe, es decir, un sindicato de jefes de Estado y una ausencia total de representación de la sociedad civil.
La UMA, soñada en 1958 como un espacio de concertación, cooperación e integración, no solo fracasó, sino que casi sirvió, bajo el pretexto de la integración, como sustituto al proceso de la ONU. En realidad, se trata para EE. UU. de implicar públicamente a Argelia —que tiene su lugar en esta cuestión— y de dar la impresión de que nuestro país no es desfavorable a la iniciativa estadounidense de organizar la transferencia de la soberanía de un pueblo hacia la del ocupante.

Al evocar la cuestión saharaui, los próximos días serán, quizás, decisivos. La administración Trump quiere un paso en fuerza para imponer el plan marroquí. ¿Qué piensa usted?
El proyecto de resolución que ha sido presentado por EEUU como Pen holder (portapluma) no ha tenido en cuenta las observaciones, ni las de los miembros del Consejo ni las propuestas de los saharauis. Incluso se pide saludar «el liderazgo del presidente Trump en la resolución del conflicto del Sáhara Occidental».
Esto equivale a vaciar a la MINURSO de su mandato —que es hacer respetar el alto el fuego de 1991 y organizar el referéndum de autodeterminación— y transformarla en un instrumento de acompañamiento del plan de autonomía marroquí.
De hecho, el texto que estará sobre la mesa es el elaborado por Washington, París y Londres, que ya se presenta como más detallado y apoyado por los europeos.

Usted sigue de cerca esta cuestión. ¿Qué ha ocurrido en los últimos años para que potencias occidentales y países árabes se alineen con las tesis marroquíes? ¿El Frente Polisario no ha podido convencer?
La ONU ya no tiene autoridad sobre el futuro del Sáhara desde que las potencias occidentales comenzaron a salirse de este marco de arreglo al no aplicar sus propias resoluciones.
¿Tiene algún poder sobre la guerra en Ucrania o en Gaza?
El trueque organizado por EE. UU. en el marco de los Acuerdos de Abraham —el reconocimiento de Israel por parte de Marruecos a cambio del reconocimiento estadounidense de su «soberanía» sobre el Sáhara ocupado— abrió la vía a un tratamiento de la cuestión saharaui en un marco distinto al de la ONU.
La reelección de Trump hizo el resto: no fue Marruecos quien ganó posiciones sobre el Sáhara, sino Trump quien aceleró y consolidó el proceso en una Europa que, debido a la guerra en Ucrania, se ha vuelto completamente sometida al poder diplomático de EEUU

¿Cómo ve usted el futuro de la cuestión saharaui?
Cualquiera sea el resultado de los debates en el Consejo de Seguridad, la diplomacia transaccional de Trump no podrá cambiar nada sobre el terreno, y la realidad seguirá siendo la de un histórico pueblo, privado de sus tierras por la fuerza desde hace 50 años y forzado al exilio.
El plan de Estados Unidos no es ni justo ni realizable y no puede servir de sustituto a la legalidad internacional ni al derecho de los saharauis a elegir libremente entre independencia, integración o libre asociación. No se trata de una conveniencia diplomática, sino de una lección de la historia.

Fuente: El Watan.DZ

Traducción al español por Infosurglobal

26 de octubre de 2025.

Infosurglobal

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