Los 60 años de un grande de nuestra historia,Jorge González. Por Juan Francisco Torres
Exuniformados en política; la derecha que no se ve, la que de verdad manda
Arturo Alejandro Muñoz
“En política no hay ‘milico’ bueno”, frase que me repetía mi abuelo materno – un español de carácter libertario y talante crítico-, durante mis ya despabilados años de adolescencia, refiriéndose seguramente a personaje uniformados como al general Altamirano que combatió a Alessandri Palma, y al inefable Ibáñez del Campo.
Transité toda mi juventud otorgándole a esa frase sólo un sentido lúdico y festivo, algo así como un chistecito blandengue para ser contado en semana santa, pero cuando arribaron a mi vida los hechos más dramáticos de la Historia de Chile del siglo veinte, descubrí el crudo trasfondo que poseían las palabras de mi abuelo ya fallecido.
Pero, muy en serio lo digo, esos uniformados o exuniformados no son los realmente responsables de lo que usted leerá a continuación, Hay algunas ‘manos negras’ necesarias de conocer, aunque es verdad… difícilmente un uniformado podrá ser un buen elemento en política. No están hechos para tales avatares. A ellos ‘los cortan’ de manera muy distinta a la que se usa para confeccionar a un civil. Las escuelas matrices de las fuerzas armadas acostumbran voltear el cerebro de la chiquillería que llega a sus aulas, luego remojan los cerebelos y las hipófisis en jugo de ametralladora para, después, hervir todo (con el muchacho incluido) en caldillo de megaterio adobado con harina de hostia y vino de misa. Con ese recetario son cocinados en el hornillo de intendencia los aspirantes, cadetes y suboficiales.
El problema grave (y muy delicado en sí mismo) es que tanto la cocina, la vajilla, los insumos y el gas, pertenecen a civiles derechistas, quienes son los que en concreto dan las órdenes al generalato… cuyos principales miembros pertenecen también a algunas de las familias mandantes. El platillo anterior, por cierto, jamás será gusto de la civilidad.
Seguramente, más de algún militar en ejercicio (y uno que otro en retiro) se disgustará con esta crónica, pero, a fuer de ser sincero (como decía el inigualable Fray Luis de León), los uniformados y el que suscribe no se miran con cariño desde la década del ’70. Ellos provocaron –durante el gobierno de Frei Montalva- una seria asonada el año 1969 (Roberto Viaux atrincherado en el regimiento Tacna), y en 1973 dieron el golpe de estado…yo me integré tempranamente al enorme grupo de chilenos que los combatieron hasta que fueron parcialmente derrotados en octubre de 1988…y los seguiré criticando pues considero que todo uniformado, regimiento, escuadrón, batallón o lo que se le parezca, cuando intenta ‘opinar y deliberar en política’, convierte sus acciones en un peligro inmanente ya que se trataría de una puerta abierta al complot y a la subversión, al apaleo y asesinato de los civiles
He ahí el peligro, pues cuando esos estamentos de la sociedad se meten –o son metidos- en política, queda abierto el socavón para que arriben grupúsculos de fanáticos decididos a apoderarse ‘legalmente’ de los recursos naturales del país, de la voluntad de los políticos y de los medios de información. ¿Y quién ‘los mete’ en política? Obviamente, quienes manejan y mueven las manos de aquellos que mecen la cuna política. Vea usted lo siguiente.
Si usted pertenece a ese amplio segmento de chilenos que consideran que la actual derecha, representada por partidos como UDI, RN, EVOPOLI, es clasista y cercana al totalitarismo, es imperioso informarle de la existencia de ‘otra derecha’, la cual viene actuando soterradamente desde hace a lo menos 40 años y que (lea con calma estas líneas por favor) ha sido la responsable no sólo del golpe de estado del 73 sino, también, de la instauración en el país –a bayonetazos, torturas y asesinatos- del sistema neoliberal salvaje que asfixia a gran parte de la población, enriqueciendo a destajo y sin control al 5% de los chilenos.
Esa derecha no la encontrará organizada en tiendas partidistas ni tampoco en referentes políticos medianos o pequeños. Ella posee una estructura y una red similar a las mafias ítalo-americanas de los años 30 y 40 en Estados Unidos. No se ven, pero están, No se sabe mucho de ellas porque actúan por intermedio de ‘manos de gato’. No hacen ni requieren publicidad alguna, pero manejan los hilos de las marionetas que fungen de mega empresarios, de dueños de medios de comunicación y de la alta oficialidad de las fuerzas armadas.
A finales de la década de 1960 y comienzos del 70, iniciaron la crisis que desembocó finalmente en la instalación de un gobierno dictatorial títere que usaron para imponer sus objetivos. ¿Usted no lo cree? Bien, pues, entonces permítame transcribir lo que informó el fundador del gremialismo y que fuera uno de los más importantes asesores de la junta militar –Jaime Guzmán Errázuriz- a los asistentes a un encuentro del gremialismo en la Universidad Católica el año 1991: “en lo referente a la economía y a sus nuevas tareas y formas, los militares tiraban la carreta, pero quienes la manejaban éramos nosotros”.
Y esa derecha económica es quien realmente propone nombres y programas al resto de los partidarios y componentes del sector. que con el pago de sus impuestos les dan sueldo, uniforme, vivienda, previsión y armas…amén de un mandato preciso y acotado que, como bien sabemos, no siempre se respeta. Por ello, cada vez que leo o veo en TV reuniones de connotadas autoridades políticas con mega empresarios y con empresarios enriquecidos, no puedo dejar de recordar nombres como Angelini, Fontbona, Salata, Claro, Ibáñez, Paulmann, Ponce Lerou, Solari, Bofill, Sahie y otros más. Ellos mandan, ellos han gobernado desde hace décadas desde las sombras, y ellos empujan y proponen hoy día (y financian) nombres de exuniformados para ciertos cargos de representación …así es como van copando “sutil y democráticamente’ los poderes del estado, el estado mismo…y nuestras vidas.