Los 60 años de un grande de nuestra historia,Jorge González. Por Juan Francisco Torres
Me gustaría nacer chileno nuevamente, pero…
Arturo Alejandro Muñoz
Se llama «Vida después de la vida» y es un libro que en su momento obtuvo grandes ventas. Era cuestión de cerrar los ojos y creer a ciegas lo que allí se contaba. Tengo enormes dudas al respecto, para qué le voy a mentir, sin embargo, suponiendo (y sólo suponiendo) que pueda ser verídico lo que en esas páginas se relata, me imaginé muerto, fallecido, convertido en espíritu, transitando el túnel rumbo a la luz y al encuentro con mis seres queridos.
Lo que viene después pareciera ser lo más relevante…se trata de la «entrevista» con uno de los jefes de esa dimensión, según cuentan quienes aseguran haber muerto clínicamente y regresado a este mundillo de sufrimientos varios.
- Tienes la posibilidad de reencarnarte en una nueva existencia –me diría esa alma superior- Debes elegir el país en el cual volverás a nacer. ¿Quieres ser parido una vez más en Chile?
Es un hecho indesmentible que esa pregunta me dejaría silente largo rato. ¿Volver a nacer en Chile? ¿Por qué no? Este país tiene bellezas naturales de primer orden a lo largo de toda su extensión, un clima variado y agradable, frutos de la tierra y del mar que son maravillosos, magníficos vinos, muchos minerales, en fin, en ello hay ventajas indiscutibles para volver a nacer aquí, pero… sí, pero pienso en cuestiones tanto o más relevante que las anteriores y mi decisión tiembla amenazando desmoronarse.
Antes de dar el sí a la oferta de esa alma superior, mi mente comenzaría a repasar la realidad terrenal y humana de mi país. La lista es larga, aunque soy consciente que está incompleta. Veamos cuáles serían mis principales «peros».
*Los millonarios y grandes empresarios están ajenos a la justicia que se aplica al resto de los habitantes, pues la justicia deja caer su martillo sólo sobre las cabezas de los no-millonarios, los no-dirigentes políticos y los no-megaempresarios.
*Esos mismos millonarios y grandes empresarios pueden evadir el pago de impuestos como se les frunza el moño. El resto (95% de la población) está condenado a pagar impuestos hasta por abrir mucho las bocas al respirar.
*El mar pertenece a siete poderosas familias. Y sus frutos también.
*Las nubes tienen dueños, ya que el agua es privada y, hasta donde se sabe, ella proviene de las nubes (a menos, claro, que los dueños de Chile hayan descubierto un diferente y novedoso «ciclo del agua»).
*Los glaciares y los bosques pertenecen a pequeños grupos empresariales que cuentan con el visto bueno oficial del gobierno de turno para hacerlos pebre, destruyendo valles y entornos, contaminando ríos, lagos y acequias.
*Todos los recursos naturales del país, sin excepción, han sido entregados a manos particulares, a mega empresas transnacionales que carecen de patria, dios y ley. Cobre, azufre, salitre, litio, bosques, ríos, mar, lagos, islas…
*Los servicios básicos (agua potable, luz eléctrica, alcantarillado), al igual que la telefonía, las comunicaciones y las rutas y carreteras, pertenecen a empresas privadas; además, la mayoría de ellas son extranjeras que pagan impuestos risibles, los que ni siquiera alcanzan a ser el 40% del impuesto que ellas pagan en sus países de origen.
*Llegar a viejo en Chile es una tortura, un castigo. La previsión social es una estafa amparada por leyes e instituciones bolicheras y expoliadoras provenientes de la época dictatorial, avaladas y conservadas por una especie de asociación económica de los gobiernos de derecha y centroizquierda.
*La educación es cara, segregada y clasista; ello permite que los ricos tengan hijos perfectamente educados e instruidos pudiendo arribar a los más altos cargos públicos, mientras los pobres reciben una educación que les facultará preferentemente para servir de mano de obra a los primeros.
*Lo anterior se observa nítidamente en las escuelas matrices de las FFAA, las cuales son clasistas, seleccionan racial y socialmente a quienes ingresan a ellas… los pobres, los campesinos, los pescadores, los mapuche, los rapanui, los aymara, por ningún motivo serían aceptados como oficiales por esas FFAA…sólo se les permite optar por ser suboficiales o, simplemente, incorporarse a la tropa.
*El 95% de los que nacen pobres en Chile, mueren pobres. El esfuerzo, la dedicación y el posible talento –talento estéril si se carece de redes sociales de nivel para impulsarlo y destacarlo- que desplieguen esos pobres, poco y nada les servirán para salir de la pobreza si sus existencias no son acompañadas de manera permanente por dinero, pero, por mucho dinero.
*En las últimas dos décadas –y hoy con mayor presencia que ayer- tanto la Economía como el real y verdadero gobierno tras las sombras, están en poder de aquellos que colaboraron activamente con la dictadura cívico-militar y de ella recibieron un jugoso pago: las decenas de exitosas empresas estatales, a bajísimo costo y en muchos casos, regaladas. La lista es larga: ENAP, SQM, INACAP, IANSA, ENDESA, la UTE, Centrales Hidroeléctricas, Chile Films, ENAP, MADECO, ENTEL, y una multitud de empresas (más de un centenar) de rubros varios, como textiles, metalmecánica, agrícola, maderera, pesquera, automotriz (Fiat, Citroën y Peugeot), vestuario, etcétera. Decenas (quizá centenares) han sido las pioneras empresas creadas por CORFO, las cuales, una vez demostradas sus capacidades ‘económicas’, fueron exigidas por los capitales privados como elementos aptos para la privatización. O para el regalo, como ocurrió el año 1988 cuando la dictadura las traspasó a manos privadas.
*A un Parlamento que legisle principalmente para el mega empresariado, para sus familiares y sus amigos, pero nunca para todos los chilenos, es imposible calificarlo como democrático. Ello ocurre en el Chile actual.
*Además, con poderes del estado como los descritos, Chile se aísla y se separa de su barrio latinoamericano en beneficio de una supuesta ‘bondad’, cual es entregarse atado de pies y manos a la voracidad de los tratados de comercio y a los intereses de potencias extranjeras.
*Finalmente, cual resumen de lo expuesto en estas consideraciones –o ‘peros’ de quien suscribe- está la frase molesta y ácida (aunque innegable) que reza: «en América hay un país llamado Chile, donde nada es de Chile».
En fin, si esa «vida después de la vida» fuese real, como algunos aseguran, y tuviese yo que responder la oferta hecha por determinada «alma superior», creo que dudaría, y bastante, aceptar nacer otra vez en este hermoso país si mi nuevo destino existencial fuese continuar engrosando la masa de proletarios sin conciencia, cooptados por la propaganda televisiva y de toda aquella ‘prensa canalla’ que desinforma voluntariamente y apoya sin restricciones -ni vergüenza-, el deshuesado discurso de las autoridades y políticos de turno.
He amado a Chile, le he dado lo mejor de mí mismo y de mis humildes esfuerzos laborales, intelectuales y económicos, pero vivir dos vidas con esas realidades ya descritas, es como mucho… creo yo.