UDI, la mancha de aceite

 UDI, la mancha de aceite

Arturo Alejandro Muñoz

Cuando en el año 1983 Pinochet saludó el nacimiento del Movimiento Unión Demócrata Independiente (fundado por Jaime Guzmán), lo hizo usando la frase que inmortalizó el momento: “ojalá se expandan como una mancha de aceite”, Y así lo hicieron.

Comenzaron infiltrando el partido de Andrés Allamand (Movimiento de Unión Nacional) que, junto al Frente del Trabajo, de Sergio Onofre Jarpa, y a algunos ‘eméritos’ dirigentes del PDC, había dado origen a Renovación Nacional.

Anticipando lo que años después repetiría Ricardo Lagos con el PS y el PPD, Jaime Guzmán fue el primer político que tuvo doble militancia, ya que participó activa y oficialmente en la UDI como también en RN, partido este último que decidió expulsarlo en 1988. Sí, expulsarlo de sus filas … ¿no lo sabía?

A partir de ese momento, específicamente al declarar de manera oficial y pública que sería firme defensora de la tarea ejecutada por la dictadura, la UDI se alzó como un partido de extrema derecha, ultra conservador, nacionalista, y cómplice pasivo de los crímenes cometidos por el régimen militar.

La tienda creada por Guzmán ha utilizado siempre un complejo análisis respecto de la democracia institucional y de la república. Hay un evidente miedo a la libertad (la del pueblo, por cierto, no la propia) y en su esencia como referente político pervive no sólo el apoyo soterrado al genocidio perpetrado por la dictadura que ella continúa admirando y defendiendo, sino también una postura dura y tozuda –extrema, en realidad- en lo valórico, oponiéndose de manera drástica a la educación sexual en escuelas y liceos, como también al matrimonio homosexual, al aborto y a todo aquello que pudiese estar alejado de la religión católica o cristiana. La UDI es sin duda un partido confesional, totalitario, clasista y antidemocrático.

Pareciera cosa de locos, pero en asuntos plenos de barbaridades indecentes cometidas al cobijo del poder total, el régimen de Augusto Pinochet -defendido y nutrido por quienes se alzaron luego como dirigentes principales de la UDI- se asemejó al de Adolf Hitler. El ‘führer’ nazi estuvo rodeado no sólo por fanáticos, asesinos y genocidas sino, también, por sicópatas, degenerados y drogadictos. como Goebbels, Goering, Heindrich, Mengele, y otros similares o peores.  La dictadura militar chilena no le fue en zaga al mesiánico cabo austriaco. Al respecto, los ejemplos de ello son cientos y están debidamente confirmados por la Justicia y la Historia.  De hecho, son de público conocimiento.

Aunque duela a algunos dirigentes de la actual tienda partidista de la santiaguina calle Suecia, la realidad concreta indica que el fallecido senador Jaime Guzmán Errázuriz perteneció a esos grupos y, aún más, los dirigió y orientó.

En sus afiebradas acciones contra el izquierdismo en general, Guzmán abrazó el fascismo…y en la hora final de su vida, siendo senador en un régimen semidemocrático, intentó vanamente combatir a este último. En el intertanto, cerró los ojos y clausuró su propia fe católica en relación a las actividades sicopáticas ejecutadas por varios de sus ‘alumnos políticos’ que conformaban su cofradía. 

Actualmente la UDI parece respirar tranquila porque mucha gente ha olvidado ciertos capítulos de su historia, o de la historia personal de algunos de sus líderes, gracias al apoyo irrefrenable de los medios de comunicación que ellos manejan y al silencio –casi cómplice durante treinta años- de las autoridades de los gobiernos del duopolio.

Hoy, esa tienda partidista es abierta defensora –a nivel de caballeros templarios- de un gobierno de la minoría, de una “plutocracia criptofascista” (*) donde el 33% manda y se impone al 66%, específicamente en el Poder Legislativo.

Es allí donde ha triplicado esfuerzos para mantener incólume su derecho a veto, derribando proyectos de ley que considera perjudiciales para sus intereses económicos e ideológicos, sin importarle que esos mismos proyectos pueden ser altamente beneficiosos para la gente y para el país en su conjunto.

Es “la mancha de aceite” que Pinochet y su pandilla de criminales siempre quisieron que así fuese y actuase en política y en gobierno…la UDI.

(*) Criptofascista= persona que tiene una admiración oculta y una simpatía secreta por el fascismo. En Chile, en ciertas cofradías políticas y empresariales, abundan.

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