Simplemente no lo merece.Por:Julio A. Muriente Pérez
Simplemente no lo merece.
Por:Julio A. Muriente Pérez*
María Corina Machado no merece el premio Nobel de La Paz.
No solo porque forme parte activa de la oposición a la Revolución Bolivariana De Venezuela. Abundan los opositores a ese proceso iniciado hace más de un cuarto de siglo.
Ni porque sea anticomunista furibunda. Hay legiones enteras de anti comunistas por todas partes, en estos tiempos.
Ni porque sea—por así decirlo, objetivamente—una burguesa criada en cuna de oro en un país con tan profundas diferencias sociales.
Marina Corina Machado no merece el premio Nobel de La Paz porque por sus actos se ha distinguido por ser amiga de la guerra, de la intervención extranjera contra su país, del uso de la violencia para derrocar el gobierno constituido en Venezuela; por ser enemiga de La Paz.
María Corina Machado ha estimulado con entusiasmo el terrorismo contra su pueblo. Se ha unido a lo peor de lo peor para justificar sus actos pretendidamente emancipadores, particularmente en momentos en que Venezuela Bolivariana es objeto de una seria amenaza militar por el gobierno de Estados Unidos.
María Corina Machado es, en resumidas cuentas, un vulgar peón de fuerzas retrógradas, enemigas de la Humanidad.
Lo único que puede explicar esta premiación inaudita es que la propia institución del Premio Nobel se haya entregado a los intereses más indeseables y perversos.
Dicho de la manera más descarnada, luego de esta premiación, el premio Nobel de La Paz es una mierda. Se ha desacreditado absolutamente. Peor aún, se ha convertido en cínico cómplice de las fuerzas ideológicas, políticas y culturales más retrógradas de nuestros tiempos.
El premio Nobel es, en fin, una vergüenza. Alfredo Nobel debe estar revolcándose en su tumba.
En todo caso, este episodio ha de ser recordado como una patética desgracia que no tendrá mayores consecuencias, a pasar de lo que hubieran deseado sus malévolos planificadores.
En todo caso, el gran merecedor del Premio de La Paz es el pueblo venezolano, que ha tenido la capacidad y la voluntad de prevalecer frente a tanta agresion, violencia y acoso.
A este pueblo, amante y constructor de La Paz,nuestro homenaje y reconocimiento.
*El autor es académico universitario, dirigente político e independentista puertorriqueño.
Infosurglobal
12 de octubre de 2025
Por:Julio A. Muriente Pérez*
María Corina Machado no merece el premio Nobel de La Paz.
No solo porque forme parte activa de la oposición a la Revolución Bolivariana De Venezuela. Abundan los opositores a ese proceso iniciado hace más de un cuarto de siglo.
Ni porque sea anticomunista furibunda. Hay legiones enteras de anti comunistas por todas partes, en estos tiempos.
Ni porque sea—por así decirlo, objetivamente—una burguesa criada en cuna de oro en un país con tan profundas diferencias sociales.
Marina Corina Machado no merece el premio Nobel de La Paz porque por sus actos se ha distinguido por ser amiga de la guerra, de la intervención extranjera contra su país, del uso de la violencia para derrocar el gobierno constituido en Venezuela; por ser enemiga de La Paz.
María Corina Machado ha estimulado con entusiasmo el terrorismo contra su pueblo. Se ha unido a lo peor de lo peor para justificar sus actos pretendidamente emancipadores, particularmente en momentos en que Venezuela Bolivariana es objeto de una seria amenaza militar por el gobierno de Estados Unidos.
María Corina Machado es, en resumidas cuentas, un vulgar peón de fuerzas retrógradas, enemigas de la Humanidad.
Lo único que puede explicar esta premiación inaudita es que la propia institución del Premio Nobel se haya entregado a los intereses más indeseables y perversos.
Dicho de la manera más descarnada, luego de esta premiación, el premio Nobel de La Paz es una mierda. Se ha desacreditado absolutamente. Peor aún, se ha convertido en cínico cómplice de las fuerzas ideológicas, políticas y culturales más retrógradas de nuestros tiempos.
El premio Nobel es, en fin, una vergüenza. Alfredo Nobel debe estar revolcándose en su tumba.
En todo caso, este episodio ha de ser recordado como una patética desgracia que no tendrá mayores consecuencias, a pasar de lo que hubieran deseado sus malévolos planificadores.
En todo caso, el gran merecedor del Premio de La Paz es el pueblo venezolano, que ha tenido la capacidad y la voluntad de prevalecer frente a tanta agresion, violencia y acoso.
A este pueblo, amante y constructor de La Paz,nuestro homenaje y reconocimiento.
*El autor es académico universitario, dirigente político e independentista puertorriqueño.
Infosurglobal
12 de octubre de 2025
