Chilenas que han hecho Historia

 Chilenas que han hecho Historia

Arturo Alejandro Muñoz

Este extenso artículo nació cuando varios grupos feministas el año 2020 dieron a conocer su intención de bautizar algunas estaciones del Metro de Santiago con el nombre de ciertas famosas mujeres que ocupan importantes páginas de nuestra Historia.

El número de esas famosas chilenas mencionadas por grupos feministas era muy acotado, pequeño, y me pareció interesante ampliarlo agregando de manera escueta la obra de muchas chilenas que también han sido aporte maravilloso para el desarrollo del país.

De ello va este artículo.

INÉS DE SUÁREZ (llamada realmente Inés Suárez por los españoles)

Era española, viuda. Llegó a América el año 1507. Conoció en Cusco (Perú) al capitán Pedro de Valdivia y se transformó en su amante. Fue la única mujer blanca que formó parte dela expedición de Valdivia a Chile el año 1540. Esta bravía mujer encabezó la defensa de la incipiente villa de Santiago ante el ataque de las huestes picunches comandadas por Michimalonco. Decapitó por propia mano a los prisioneros indígenas y derrotó a los picunches que huyeron sin haber tomado la villa. Después, se separó de Valdivia por orden de las autoridades reales en Lima, y se le obligó  contraer matrimonio con el soldado Rodrigo de Quiroga. Doña Inés Suárez  se caracterizó después por llevar una vida tranquila y piadosa. Junto a su marido, contribuyó a la construcción del templo de la Merced y de la Ermita de Monserrat, en Santiago. Murió en Chile el año 1580… y fue la primera mujer europea que arribó a nuestro país.

CATALINA DE LOS RÍOS Y LISPERGUER (LA ‘QUINTRALA’)

Doña Catalina de los Ríos y Lisperguer, fue conocida en su época (y en la Historia) como la Quintrala, ya que por su maldad era asimilada al quintral, una  yerba amarga y dañina que es nativa de Chile. 

Nació en Santiago en 1604. Hija de Gonzalo de los Rios y Catalina Lisperguer y Flores nieta de Agueda Flores, quien a su vez era hija de don Bartolomé Blumenthal y la Cacica Elvira de Talagante. Era una mujer atractiva, posiblemente de cabello pelirrojo y ojos claros. Era una enriquecida terrateniente, de belleza indómita y carácter tan fuerte e impulsivo que incluso las autoridades de la época,  y también los sacerdotes, le temían.

Disponía libremente de la vida y los cuerpos de sus esclavas indígenas en el valle de la Ligua. Se la acusó de haber envenenado a su padre, matar a un amante que introdujo a su alcoba en secreto, a una mulata y a varios más. Intentó también asesinar a los frailes que le increpaban su conducta. Compró en cuantiosa suma la ayuda del fiscal general español para evitar ser llevada a la justicia por los crímenes y sádicos abusos cometidos contra los indígenas y esclavos de su hacienda de la Ligua.

Una de las leyendas que la rodean cuenta que hizo arrojar de su casa a un Cristo tallado en madera, al ver que sus ojos la miraban con lástima cuando azotaba a un esclavo. El Cristo, esculpido por Fray Pedro de Figueroa en 1640, fue recogido por los padres agustinos, cuya Iglesia se hallaba al lado de la casa de Catalina. Colocado en un altar en el templo agustino, la corona de espinas cayó desde su cabeza al cuello durante el terremoto del 13 de Mayo de 1647. Desde entonces se conoce como el Cristo de Mayo o Señor de la Agonía.

La Quintrala falleció el 15 de enero de 1665 y su cuerpo fue enterrado en la misma iglesia de san Agustín.

JAVIERA CARRERA VERDUGO

Francisca Javiera era la hija mayor del matrimonio conformado por Ignacio de la Carrera y Paula Verdugo. Nació en Santiago en 1781 y recibió la educación de todas las niñas de su condición social: centrada en las «labores propias del sexo», es decir, cuestiones domésticas, religión, buenos modales, lectura y escritura.

Desde su juventud, Francisca Javiera empezó a destacarse por su carácter decidido y por su belleza. Estuvo casada en dos oportunidades. La primera con Manuel de la Lastra y Sotta, de quien enviudó en 1800; la segunda, con Pedro Díaz de Valdés, a la sazón asesor de la Capitanía General.

Impulsó decididamente a sus hermanos José Miguel, Juan José y Luis en la ruta de la revolución de Independencia. Murió en Santiago en agosto de 1862, a los 81 años de edad.

Fue definitivamente el motor revolucionario de su familia pues no quiso quedar fuera del curso de los hechos acaecidos a partir de 1810. Su espíritu y el amor que profesaba a sus hermanos la llamaban a participar. Era muy amiga también de Manuel Rodríguez, a quien le llamaba “morocho”.

En aquellos días, su figura se hizo conocida. Frecuentaba todas las celebraciones patrióticas y las que se realizaban a raíz de los triunfos militares. También, levantaba los ánimos en los momentos de derrota, transformándose en la heroína de la Patria Vieja.

Acompañó a sus hermanos en los buenos y malos momentos. Por ello, en 1814 emprendió el cruce de la Cordillera de los Andes rumbo a las Provincias Unidas del Río de la Plata. Vivió un tiempo en Mendoza para luego trasladarse a Buenos Aires, donde fue recibida por el sacerdote Bartolomé Tollo, antiguo amigo de la familia. Pero su existencia en la capital rioplatense no fue fácil. A las penurias económicas, se sumó la muerte de sus hermanos Juan José y Luis en Mendoza (1818), hecho que ella trató de evitar por todos los medios posibles y que la llevó a un profundo estado melancólico.

No se animaba a retornar a Chile, donde gobernaba Bernardo O’Higgins, enemigo declarado de su familia. Su suerte, por otro lado, seguía vinculada a la de su hermano José Miguel. Cuando este retornó desde Estados Unidos y se involucró en las disputas políticas internas argentinas, doña Javiera fue desterrada a la Guardia de Luján y luego a San José de Flores, localidad cercana a Buenos Aires. Finalmente, fue recluida en un convento en aquella capital.

Como la suerte de José Miguel parecía sellada, Javiera consiguió su libertad; sin embargo, previendo un nuevo destino de reclusión en 1819, cuando José Miguel volvió a figurar activamente dirigiendo montoneras de guerrilleros federalistas argentinos, se refugió en un barco portugués que se hallaba en el puerto de Buenos Aires y se trasladó a Montevideo.

En 1821, recibió la triste la noticia del fusilamiento del único hermano que le quedaba. Este hecho terminó por abatir su ánimo y su salud. No quería volver a Chile mientras O’Higgins rigiera los destinos del país y por ello sólo se embarcó hacia Valparaíso en 1824, luego de que O’Higgins fuese desterrado al Perú.

Fue recibida en Santiago con profundas muestras de respeto y se retiró a su hacienda de El Monte, dedicándose a su casa y a obras de caridad. Ocasionalmente, salía de su retiro voluntario, tal como ocurrió cuando solicitó la repatriación de los restos de sus hermanos, la que se realizó en 1828.

Javiera Carrera murió (¡¡qué coincidencia!!) un 20 de agosto de 1862 a los 81 años de edad.¡¡20 de agosto….día del nacimiento de O’Higgins, su detestado enemigo!!

PAULA JARAQUEMADA

Nació en Santiago en junio de 1768 y murió en la misma ciudad, en septiembre de 1851. Sus padres fueron Domingo de Jaraquemada y Cecilia de Alquízar.

Su niñez y adolescencia deben haber transcurrido como la de todas las mujeres de fines del siglo XVIII; es decir, debió haber aprendido las primeras letras y recibido una educación sólida en aspectos morales, y práctica en asuntos domésticos.

Su figuración pública se la debe a la Guerra de la Independencia. En 1818, enterada de la Sorpresa de Cancha Rayada (19 de marzo), organizó militarmente a los inquilinos de su hacienda de Paine y, poniendo a su propio hijo al frente de esa milicia, le ofreció estas fuerzas al general José de San Martín.

Apoyo a la Independencia, pues junto a sus a sus inquilinos y trabajadores hombres -transformados en soldados-, concurrió a entrevistarse con San Martín, a quien proporcionó además otros elementos que eran necesarios, tales como caballos, alimentos y pertrechos. Su hacienda se transformó en hospital de sangre, pues allí fueron remitidos los heridos de Cancha Rayada, y también sirvió de cuartel general para San Martín.

Finalizada la guerra, Paula Jaraquemada realizó una activa labor en beneficio de los desamparados. Se cuenta que en una oportunidad llegó a salvar del cadalso a una mujer conocida como la Caroca, que había sido condenada a la pena de muerte por sus crímenes.

Hay una anécdota que retrata de cuerpo entero a esta gran mujer chilena. En los tiempos de doña Paula, la propiedad que ella administraba y le pertenecía se llamaba Hacienda de Paine y su extensión llegaba a cuatro mil hectáreas. Cuenta la historia, que en su casona colonial, en 1814, héroes nacionales como el General Bernardo O’Higgins, junto a 120 patriotas quienes peleaban por conseguir la Independencia de Chile encontraron refugio luego de combatir contra los soldados de la corona Española en la batalla de Rancagua. La distinguida dama con mucha valentía defendió a los 120 patriotas escondiéndolos en la bodega de su casa y se enfrentó a los llamados “talaveras” en el corredor anterior.

Una vez que las tropas revolucionarias chilenas habían salido de su hacienda, inesperadamente, recibió la visita de una avanzada de las fuerzas realistas. Su posición política era conocida y, por ello, no le extrañó que los españoles aparecieran por esos parajes. Según dice la tradición, se habría producido la siguiente conversación entre el oficial al mando y ella:

 –Señora, entrégueme las llaves de la bodega.

–Doña Paula pregunta: ¿Necesita usted víveres? Los tendrá en abundancia.

–No quiero víveres, las llaves pido.

–Las llaves no se las entregaré jamás. Nadie sino yo manda en mi casa.

Molesto, el oficial habría ordenado a sus hombres hacer fuego y Paula, entretanto, habría avanzado hacia la tropa, desafiándola. Los soldados, desorientados, no habrían sabido qué hacer, al igual que su comandante quien, entonces, ordenó incendiar la casa. Ante esto, la dueña habría partido en busca de un brasero y lo habría hecho rodar por el suelo, exclamando: ¡Allí tenéis fuego! Nuevamente impresionado, el oficial, sin saber cómo proceder, decidió partir.

De allí viene ahora el nombre de ese vino de viña Santa Rita: “120”… un vino con Historia.

Finalizada la guerra de independencia, doña Paula Jaraquemada realizó una activa labor en beneficio de los desamparados. Se cuenta que en una oportunidad llegó a salvar del cadalso a una mujer conocida como “la Caroca”, condenada a la pena de muerte por sus crímenes. Y en los últimos años de su vida, se dedicó a obras de caridad, fundando orfanatos y asilos. Falleció en Santiago, el año 1851.

ISIDORA ZEGERS

Nació en Madrid en el 1 de enero de 1803, estudio en París canto, piano, arpa, guitarra, composición y armonía. Sus primeras obras son canciones para voz y piano en texto francés. Siguiendo a su padre, que había sido contratado por el gobierno de Chile, se embarcó para nuestro país, donde inicio una revolución en la música vocal, deslumbró a las sociedades santiaguinas con sus bellas interpretaciones.

Isidora Zegers se adaptó rápidamente a Chile, en 1826 se casó con el Coronel Guillermo de Vic Tupper, quien falleció a los pocos años en la batalla de Lircay;  posteriormente contrajo matrimonio con el alemán Jorge Huneeus Lipmann, y este nuevo hogar fue el centro de reunión de la intelectualidad chilena y de ilustres visitantes extranjeros.

Por su influjo, gran número de personas se dedicó al estudio del canto, y a su alrededor se unieron los grupos musicales que habían logrado organizarse hasta el momento. En asociación con el culto celista Carlos Drewetcke, y dando cavidad al joven José Zapiola, que por entonces era clarinetista de la Catedral e iniciaba su carrera, fundó una asociación artística por acciones, que tomó el nombre de Sociedad Filarmónica.

La figura de Isidora Zegers llena la historia musical de Chile en la primera mitad del siglo XIX. Fue presidenta honoraria de la Academia del Conservatorio Nacional de Música, a cuya creación contribuyó; fundó el Seminario Musical.

Por razones de salud, se trasladó a Copiapó, donde fundó una Sociedad Filarmónica al estilo de la santiaguina. Falleció el 14 de julio de 1869.

ISIDORA GOYENECHEA

Para muchos santiaguinos, Isidora Goyenechea no es más que una calle con buenos restaurantes. Una lástima, porque el legado de esta mujer revolucionaria, emprendedora y benefactora social es inestimable y debiese ser un ejemplo a seguir para todas las generaciones.

Ella nació en Copiapó en 1836, cuando el norte chico comenzaba a ser el epicentro del desarrollo económico de una joven república, analfabeta y rezagada, llamada Chile. Heredera de una familia que hacía fortuna con la explotación de minerales, se trasladó a Lota muy pequeña. Se casó a los 19 años con Luis Cousiño, hijo de Matías Cousiño y, además, su hermanastro. Enviudó muy joven, a los 27 años, cuando fallece su marido quien fue un destacado empresario. En ese momento, se ve confrontada a asumir el mando de una de las mayores fortunas del continente: las minas carboníferas de Lota. Y empieza una de las historias más extraordinarias de Chile.

El carbón era, en ese entonces, como el petróleo hoy día. Doña Isidora manejó la industria del carbón en Lota con maestría. Si hoy, en pleno siglo 21, son poquísimas las mujeres empresarias, en el siglo 19 sonaba como una locura. Además de su brillante gestión, su espíritu visionario la llevó a negociar directamente con el inventor norteamericano Thomas Alva Edison la construcción en Chile de la primera planta hidroeléctrica del continente.

fundó un orfanato que posteriormente se convertiría en el Hogar del Pequeño Cottolengo, que perdura en su labor benéfica hasta hoy. En 1863 había iniciado la construcción del Palacio Cousiño de Lota y de su jardín, el actual Parque Isidora Cousiño

Cuando estalló la Guerra del Pacífico, en 1879, Chile, había reducido significativamente su gasto en defensa. Para asegurar el éxito en la guerra de nuestra república sobre las tiranías de Hilarión Daza en Bolivia y Nicolás de Piérola en Perú, Isidora Goyenechea puso su fortuna a disposición de la república asegurando la producción de carbón y poniendo a disposición de la Armada su flota de barcos.

Si alguien cree que un país sólo funciona mediante la confiscación estatal con impuestos, y que el gasto militar debe ser el principal ítem del país, el legado filantrópico, desinteresado y visionario de doña Isidora Goyenechea lo desmiente categóricamente. Pocos ejemplos

Isidora Goyenechea murió en París en 1897, en un viaje de negocios, luego de una vida inagotable de trabajo duro. Cuando sus restos fueron repatriados, los trabajadores del carbón salieron a las calles a homenajear a esta mujer extraordinaria. En su testamento legó parte de su fortuna al bienestar de los más desposeídos.

LEONORA LATORRE

¿Existió realmente una chilena llamada Leonora Latorre, que participó como espía en el equipo de inteligencia y espionaje chileno comandadopor don Abelardo Núñez, llamado “el Profesor”, y que actuó en tierras peruanas durante la Guerra del Pacífico?  El nombre corresponde a un personaje novelístico, ficticio, creado por el gran escritor chileno Jorge Inostrosa en su obra “Adió al Séptimo de Línea”. Pero, pero, pero……. parece que sí hubo una valiente, bella y audaz dama chilena que trabajó en Perú bajo las órdenes del inteligente Abelardo Núñez.

Pero, Arturo Benavides Santos, siendo muy joven participó en la Guerra del Pacífico enlistándose en el Regimiento ‘Lautaro’. Termina da la guerra, y de regreso en Santiago, muchos años más tarde relató a su hijo que en la sierra peruana se había topado realmente con Doña Leonora Latorre y que nunca quiso revelar cuál era su verdadero nombre. O sea el personaje, según Arturo Benavides Santos, efectivamente existió, pero no con el nombre de Leonora Latorre, sino que conoció a una espía chilena con otro nombre pero no lo iba a revelar por ningún motivo.

ELOISA DÍAZ

Primera mujer en Chile y América del Sur en obtener el título de Médico Cirujano en 1887.

En 1880, postuló a la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile, luego de ser aprobado un decreto que permitía, por primera vez, el ingreso de mujeres a la Universidad de Chile. Así en 1887 se convirtió en la primera mujer en Chile y América del Sur en obtener el título de Médico Cirujano en 1887.

Desarrolló una destacada carrera profesional, destacándose sus trabajos sobre higiene en los colegios del país. Ejerció como Inspector médico escolar de Santiago y más tarde a nivel nacional. Desde este puesto impulsó reformas como la creación del servicio médico dental en las escuelas; fundó jardines infantiles; implementó policlínicas dirigidas a las personas de menores recursos e impulsó colonias escolares gratuitas. Posteriormente, fue nombrada directora del Servicio Médico Escolar de Chile, cargo en el que fomentó el desayuno escolar obligatorio, la vacunación masiva y en su lucha en contra del alcoholismo.

AMANDA LABARCA

Amanda Labarca nació el 5 de diciembre de 1886, de origen humilde y familia tradicionalista, fue bautizada como Amanda Pinto Sepúlveda.

Se graduó tempranamente de Bachiller en Humanidades a la edad de 15 años. Trabajó como profesora primaria en el Santiago College, donde además se desempeñó como secretaria asistente de la dirección. Durante esta época conoció al escritor Guillermo Labarca Huberston, su futuro marido. Juntos ingresaron al Instituto Pedagógico, siguiendo ella Castellano y él Historia y Geografía. Producto de los rumores de un romance con Guillermo Labarca, su madre le exige matrimonio bajo amenaza de desheredarla. Motivada por las profundas diferencias con su madre, luego de contraer matrimonio con el escritor, adopta ambos apellidos y rompe definitivamente con su familia.

A los 18 años de edad obtuvo el título de profesora de Estado en Castellano, en diciembre de 1905. Al año siguiente fue nombrada subdirectora de la escuela Normal Nº 3, hasta 1909, año en que publica su primera obra, “Impresiones de Juventud”.

Estudió en la Universidad de Columbia y La Sorbona, donde se impregnó de las ideas feministas vigentes en Europa, rescatando la responsabilidad y la conciencia que la mujer debe tener de su propia historia. Convencida de lo que creía correcto, participó activamente a través de la educación como herramienta insustituible, impulsando tertulias femeninas en el Palacio Urmeneta. De ahí surgió el Círculo Femenino de Estudios, en 1919.

Su segunda obra aparece en 1915, titulada Tierras extrañas. Tuvo que enfrentar los herméticos y recalcitrantes círculos masculinos, aunque poco a poco fue generando un espacio en el que ganó respeto y reconocimiento. El propio Presidente de la República, Juan Luis Sanfuentes, la nombró directora del Liceo Nº 5, en mérito de lo anterior.

En 1919 publica La educación Secundaria y toma la cátedra de Sicología Pedagógica en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Durante 1927 y 1931 fue la jefa de la Dirección General de Educación Secundaria del Ministerio de Educación. Creó las famosas Escuelas de Temporada de la Universidad de Chile, las cuales cumplen aún hoy con su vigencia. En 1939 publicó La Historia de la Educación en Chile y La evolución de la Segunda Enseñanza. En «Bases para una Política Educacional», promueve la función social de la educación, que esté al servicio de población y sus realidades. Dictó cursos y seminarios en países de toda América.

En 1940 publicó La Educación Decadente y en 1945 Desvelos del Alma. Un año después fue nombrada representante de Chile ante las Naciones Unidas, y fue jefa de la sección Status de la Mujer, entre 1947 y 1949. Ya viuda, regresa a Chile y retoma sus actividades académicas y activistas. Fallece en Santiago el día 2 de enero de 1975.

 SOR TERESA DE LOS ANDES

Nació en el seno de una familia acomodada, hija de Miguel Fernández Jaraquemada y de Lucía Solar Armstrong.1 Fue bautizada en la parroquia Santa Ana de la ciudad de Santiago, con los nombres de Juana Enriqueta Josefina de los Sagrados Corazones Fernández Solar,1 pero todos en su familia —formada por sus padres, sus tres hermanos, Miguel, Luis e Ignacio y dos hermanas, Lucía y Rebeca (posteriormente también carmelita descalza), su abuelo materno, Eulogio Solar; tíos, tías y primos— la llamaban Juanita.

Realizó sus estudios en el Colegio del Sagrado Corazón de Santiago. Entre sus estudios, la vida familiar y su apostolado de caridad con los más pobres, se desarrolló su intenso amor por Jesucristo. A los 14 años, decidió consagrarse a Dios como religiosa carmelita descalza. Ingresó al «Monasterio del Espíritu Santo de las Carmelitas Descalzas de Los Andes», en la diócesis de San Felipe de Aconcagua (V Región de Valparaíso), el 7 de mayo de 1919. El 14 de octubre hizo su primera profesión, tomó el hábito y recibió el nombre de Teresa de Jesús.

Llevaba once meses en el convento cuando murió de tifus y difteria a las 19:15 horas del 12 de abril de 1920, a los 19 años. Antes de fallecer, profesó como religiosa carmelita in articulo mortis. Fue inicialmente sepultada en el cementerio del convento y en 1940 fue trasladada al coro bajo, junto a la nueva gran capilla.

Fue beatificada por el sumo pontífice, San Juan Pablo II, en una celebración eucarística en  el Parque O’Higgins de Santiago durante la visita a Chile del Pontífice. El 21 de marzo de 1993, fue canonizada en la basílica de San Pedro del Vaticano por el mismo pontífice durante una misa solemne a la que asistieron más de 5.000 chilenos. En el calendario de la Iglesia católica, su memoria se recuerda el 13 de julio, aniversario de su nacimiento.

ELENA CAFFARENA

Elena Caffarena nació en Iquique el 23 de marzo de 1903. Cursó la Educación Secundaria en el Liceo N° 4 de Santiago. Ingresó a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile y en 1926 se tituló de abogada con distinción máxima, convirtiéndose en una de las primeras 15 profesionales del derecho de la República. En 1929 se casó con el abogado Jorge Jiles, con quien tuvo tres hijos. Fue fundadora del Movimiento pro Emancipación de la Mujer Chilena (Memch), de la Federación Chilena de Instituciones Femeninas (Fechif) y de la Fundación de Protección de la Infancia Dañada por los Estados de Emergencia (Pidee). Además, escribió sobre la situación de la mujer bajo el régimen matrimonial, y su derecho a pensión alimenticia al abandonar el hogar, entre otros temas.

En su actuar público, Caffarena se convirtió en una abogada destacada, líder feminista y defensora de los derechos humanos. Hoy es recordada como una de las figuras más relevantes en la lucha por el voto femenino en Chile. A inicios del siglo XX, la situación de las mujeres era sumamente desventajosa en la vida política, económica y cultural del país, con respecto a la población masculina. Fue en la universidad donde Caffarena tomó conciencia de la inferioridad de la mujer frente a la ley, razón por la cual decidió comprometerse con el movimiento feminista que comenzaba a gestarse.

El día 8 de enero de 1949, durante el gobierno de Gabriel González Videla, se firmó el proyecto de ley Nº 9.292, que concedió derechos políticos plenos a las mujeres de nuestro país, en un acto público celebrado en el Teatro Municipal de Santiago. Irónicamente, Elena Caffarena no fue invitada a dicho acto. El año anterior había sido aprobada la Ley Nº 8.987 de Defensa Permanente de la Democracia, que eliminaba de los Registros Electorales a todos los miembros del Partido Comunista. Si bien Caffarena no militaba en ningún partido, sí lo hacía su marido, y ella había emprendido su defensa junto a la de otras víctimas de relegación y privación de sus derechos ciudadanos.

Hasta sus últimos años, si bien se mantenía alejada de la coyuntura política a causa de su avanzada edad, Elena Caffarena continuó siendo un referente para el movimiento feminista chileno y latinoamericano, y conservó su visión acerca de la emancipación de la mujer, que fue un ejemplo para la sociedad del siglo XX. Murió el 19 de julio de 2003, a los cien años de edad.

MARÍA DE LA CRUZ

Nació en 1912, en Chimbarongo. En su ficha parlamentaria se dice que de profesión era escritora y la única actividad que se le conoce, independiente de su labor en la política, es que fue empresaria de la industria gráfica.

Se puede señalar sin mucho temor, que fue autodidacta, no llegando a tener profesión.

El movimiento femenino en pro de los derechos civiles y políticos de la mujer que había comenzado en 1913, había alcanzado plena madurez hacia 1947. La iniciativa de mujeres como Amanda Labarca, Elena Caffarena y Angélica Matte se concretaría en 1949 con la ley que dio a las mujeres el derecho a voto. María de la Cruz perteneció a la última parte de esta generación.

Fue la fundadora del segundo partido femenino de la historia de Chile, el Partido Femenino Chileno (1946-1954). Esta organización dirigida por ella aspiraba a que la mujer no sólo tuviera derechos políticos sino que también supiera hacer uso de ellos. Sin orientación ideológica definida, bastaba ser mujer para unirse a su acción. “…No somos de izquierda ni de derecha. Los hombres se dividen por la idea, nosotros nos unificamos por el sentimiento”, señalaba De la Cruz.

El Partido Femenino Chileno, encabezado por esta mujer de un carisma inusual para su época, consiguió fuerza entre las mujeres de estratos medios y populares. El paso de María de la Cruz por el Senado no significó proyectos ni iniciativas importantes. Dueña de una poderosa oratoria, vehemente al momento de defender sus ideas, despertó recelos en todos los sectores.

Debido a la acusación presentada por tres mujeres en relación a sus simpatías por el justicialismo argentino y a la acusación de supuesta comercialización y contrabando de relojes, fue desaforada, desestimándose una recomendación en su contra interpuesta por la comisión parlamentaria investigadora. El partido que había fundado salió con ella del Congreso. La caída de María de la Cruz como senadora significó la deserción de la gran mayoría de las mujeres de esta organización feminista. Después de esta experiencia no volvió a constituirse otro partido feminista; de ahí en adelante las mujeres pasaron a integrar los partidos existentes.        

GABRIELA MISTRAL

Lucila Godoy, llamada Gabriela Mistral (conocida mejor como Gabriela Mistral), escritora chilena. Hija de un maestro rural, que abandonó el hogar a los tres años del nacimiento de Gabriela, la muchacha tuvo una niñez difícil en uno de los parajes más desolados de Chile. A los 15 años publicó sus primeros versos en la prensa local, y empezó a estudiar para maestra. En 1906 se enamoró de un modesto empleado de ferrocarriles, Romelio Ureta, que, por causas desconocidas, se suicidó al poco tiempo; de la enorme impresión que le causó aquella pérdida surgieron sus primeros versos importantes. En 1910 obtuvo el título de maestra en Santiago, y cuatro años después se produjo su consagración poética en los juegos florales de la capital de Chile; los versos ganadores- Los sonetos de la muerte- pertenecen a su libro Desolación (1922), que publicaría el instituto de las Españas de Nueva York.

En 1925 dejó la enseñanza, y fue cónsul en Nápoles y en Lisboa. Vuelta a su patria colaboró decisivamente en la campaña electoral del Frente Popular (1938), que llevó a la presidencia de la república a su amigo de juventud Pedro Aguirre Cerda. En 1945 recibió el premio Nobel de literatura; viajó por todo el mundo, y en 1951Chile le otorgó el Premio Nacional de Literatura.

En 1953 se le nombra Cónsul de Chile en Nueva York. Participa en la Asamblea de Las Naciones Unidas representando a Chile. En 1954 viene a Chile y se le tributa un homenaje oficial. Regresa a los Estados Unidos.

En1957, después de una larga enfermedad, muere el 10 de enero, en el Hospital General de Hempstead, en Nueva York. Sus restos reciben el homenaje del pueblo chileno, declarándose tres días de duelo oficial. Los funerales constituyen una apoteosis. Se le rinden homenajes en todo el Continente y en la mayoría de los países del mundo.

ANITA LIZANA

Anita Lizana de Ellis nació el 19 de Noviembre de 1915, fue una de las mejores exponentes femeninas en la historia del tenis mundial y la mejor chilena de todos los tiempos en este deporte. La llamaban cariñosamente “La ratita”, apodo que se ganó debido a su baja estatura, su cuerpo ágil y menudo, solo 1.59 metros que no fueron impedimento como para destacar dentro de una familia plagada de tenistas.

En 1930 resaltaría por primera vez el nombre de Anita, su inapelables condiciones para el deporte la hicieron coronarse campeona de Chile en la categoría adulta a los 13 años, condición que mantuvo durante 4 años hasta 1934.Las ganas, entusiasmo y la imposibilidad de encontrar rivales de su categoría, la hicieron partir al extranjero a probar suerte con su raqueta. En ese entonces un puñado de gente que creyó en su talento hizo de forma pública un llamado a apoyar las ansias e innatas habilidades de triunfos de la joven tenistas creando colectas que costearían sus viajes internacionales, para de esta manera poder comenzar su carrera deportiva a lo largo del mundo donde sin duda triunfaría y haría historia. Se juntaron 120 mil pesos (una fortuna de la época) y pudo viajar a Europa en 1935 cruzando el océano atlántico a disputar sus primeros torneos alrededor del orbe, sus estaciones fueron Europa y Estados Unidos.

En 1936 alcanzó su consagración definitiva, ganó varios torneos en Europa y alcanzó los cuartos de final de Wimbledon, hechos que la posicionaron en la octava posición del ranking mundial, época en que no había registro, sino que las escalas las hacían periodistas de revistas especializadas.

En 1937 vuelve a alcanzar los cuartos de final del pasto inglés, para que el 11 de septiembre de ese mismo año ganara el título de Forest Hill tras derrotar en la final a la polaca Jadwiga Jerdzejowska por 6-4 y 6-2, fue tan grande el esfuerzo que hizo la chilena, que al terminar el match cayó desmayada. Ahí estaba la imagen del deportista de 22 años con garra que lucha hasta el límite de sus fuerzas, en que tanto se reconoce el chileno. La polaca venía de jugar la final de Wimbledon (el otro torneo más importante de la época) y estaba considerada entre las mejores del mundo. Forest Hill, hoy es conocido como el abierto de Estados Unidos, en aquel torneo la chilena se convertiría en la primera latinoamericana en ganar un Grand Slam, además no cedió ningún set en todos sus partidos y fue elegida como la nueva número 1 del tenis mundial.

El 21 de agosto de 1994 falleció (2 años después de que lo hiciera su esposo) víctima de un cáncer estomacal cuando tenía 78 años,

MARCELA PAZ

Su verdadero nombre era Esther Hunneus fue una enorme escritora bajo el seudónimo Marcela Paz. Especializada en literatura infantil y juvenil, fue la creadora del personaje Papelucho, un clásico de la literatura chilena.

Nacida el año 1902 en el seno de una acomodada familia, tanto ella como sus hermanas no asistieron nunca al colegio; fueron educadas en su residencia familiar por institutrices y profesores particulares. Casada con el ingeniero José Luis Claro Montes, Esther Huneeus fue madre de cuatro hijos varones y dos mujeres.

Su atracción por el dibujo la llevó a estudiar en la Escuela de Bellas Artes de Santiago. De vocación cristiana, a comienzos de la década de 1920 inició sus trabajos cristianos y humanitarios en la Fundación Sociedad de Ciegos Santa Lucía, de la que fue secretaria entre los años 1923 y 1950.

Su actividad de toda la vida fue la literatura. Su primer libro, Tiempo, papel y lápiz, vio la luz en 1933. Firmando ya con el seudónimo de Marcela Paz, al año siguiente publicó Soy colorina, obra que le valió el premio Club Hípico de Santiago. También colaboró en las revistas El Peneca y Zig-Zag.

En 1947 obtuvo el premio de la Editorial Rapa Nui con la creación de su personaje más popular, Papelucho, conocido ampliamente en Chile, especialmente por los niños, y en otros países gracias a las numerosas traducciones de su obra. En 1964, su interés por la literatura infantil y juvenil la llevó a impulsar la representación chilena de la Organización Internacional del Libro Infantil y Juvenil (IBBY). Esta organización le concedió en 1968 su premio de honor, otorgado por primera vez a un autor latinoamericano.

En 1982 obtuvo el Premio Nacional de Literatura. Tres años después (1985), Esther Hunneus falleció en Santiago, pero Marcela Paz y Papelucho siguen vivos, sanos y hermosos.

VIOLETA PARRA

Violeta Parra nació en San Carlos, en la Región de Chillán, al sur de Chile. Su padre era profesor de música, su madre una campesina guitarrera y cantora. Fueron nueve hermanos que vivieron su infancia en el campo. A los nueve años se inició en la guitarra y el canto; a los doce compuso sus primeras canciones. Tiene una formación de profesora en la Escuela Normal de Santiago. En esa época ya compone boleros, corridos, y tonadas. Trabaja en circos, bares, quintas de recreo, y pequeñas salas de barrio.

En 1952 se casa con Luis Cereceda. De este matrimonio nacen Isabel y Ángel, con los cuales más tarde realizará gran parte de su trabajo musical. A partir de 1952, Violeta, impulsada por su hermano Nicanor Parra, empieza a recorrer zonas rurales grabando y recopilando música folklórica. Esta investigación la hace descubrir la poesía y el canto popular de los más variados rincones de Chile. Elabora así una síntesis cultural chilena y hace emerger una tradición de inmensa riqueza hasta ese momento escondida. Es aquí donde empieza su lucha contra las visiones estereotipadas de América Latina y se transforma en recuperadora y creadora de la auténtica cultura popular.

Compone canciones, décimas, música instrumental. Es pintora, escultora, bordadora, ceramista, con «lo que hay, pasando a la medida de su humor de una técnica o género creativo otro.

En 1954 Violeta Parra viaja invitada a Polonia, recorre la Unión Soviética y Europa permaneciendo dos años en Francia. Graba aquí sus primeros LP con cantos folklóricos y originales. Tiene contactos con artistas e intelectuales europeos, regresando a Chile para continuar su labor creadora. En 1958 incursiona en la cerámica y comienza a bordar arpilleras. Viaja al norte invitada por la universidad donde organiza recitales, cursos de folklore, escribe y pinta. De regreso a Santiago Violeta expone sus óleos en la Feria de Artes Plásticas al aire libre. Durante los arlos siguientes Violeta continúa en su trayectoria, incansable.

En 1961 Violeta inicia una gira con sus hijos invitada al Festival de la Juventudes en Finlandia. Viajan por la URSS, Alemania, Italia y Francia donde permanecen en Paris por tres años. Actúan en boítes del barrio latino y programas para radio y televisión. Ofrecen recitales en UNESCO, Teatro de las Naciones Unidas. Realizan una serie de conciertos en Ginebra y exposiciones de su obra plástica. En 1964 expone las arpilleras, óleos, en el Pavillon de Marsan, logrando así ser la primera artista latinoamericana que exhibe individualmente.

En 1965 viaja a Suiza donde filma un documental que la muestra en toda su magnitud. Retorna a Chile y canta con sus hijos en la Peña de Los Parras, en la calle Carmen 340 en Santiago, Inaugura el Centro de Arte en una carpa; graba discos de música instrumental. Viaja a Bolivia en 1966, ofrece conciertos en regiones del sur de Chile, continúa grabando acompañada de sus hijos. Regresa a Santiago para continuar su trabajo en La Carpa, escribiendo allí sus últimas canciones…

Violeta Parra se suicidó a los 49 años de edad en la carpa de La Reina el 5 de febrero de 1967, dejando su legado artístico a Chile y al mundo. Mientras que para muchos resulta paradójico que la autora de «Gracias a la vida», un himno a la existencia, se suicidara un año después de escribirla, otros críticos de su obra perciben en la letra, en el estilo de musicalización, en los tonos usados y en la monotonía de sus temas el reflejo de un estado de ánimo depresivo y una canción de despedida.

MARTA COLVIN

Escultora chilena. Nació en Chillán el 22 de junio de 1915. En 1939, ingresa a la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, donde estudió con los maestros escultores Julio Antonio Vásquez y Lorenzo Domínguez y donde más tarde, 1950, asumió la Cátedra de Escultura. Radicada en París, ingresó al Taller del escultor Zadquine y más tarde en Londres, al Taller de Henry Moore.

En 1948, fue becada por el Gobierno francés y en 1951, por el British Council. En 1960 entre 3.000 concursantes, de cien países, obtuvo el Primer Premio con la famosa maqueta «El prisionero político desconocido». Pero la culminación y grandeza de esta notable escultora, se manifestó en Sao Paulo, en la VIII Bienal de 1965, al ganar el Gran Premio Internacional de Escultura, con una de sus monumentales obras, realizadas en piedra: «Las Torres del Silencio», que es la expresión lírica americana. Antes, la escultora, había visitado Perú, Bolivia, profundizando en el estudio del arte precolombino.

La obra ganadora en Brasil, de tres metros y medio de altura, fue adquirida en 1970 por una institución de Bélgica y está ubicada en el Museo de la Escultura al Aire Libre de Middelheim, cerca de Amberes. Muchas de sus obras se encuentran en el extranjero, en Inglaterra y Francia, como «Estrella del Sur», «Manutara» y «Gran Signo», a orillas del Río Sena.

En 1970 se le otorgó el Premio Nacional de Arte. En 1965 visita Chillán. En esa ocasión, la Municipalidad la declaró «Hija Ilustre». Posteriormente, en 1987 estuvo nuevamente invitada, esta vez por el Instituto Profesional, hoy Universidad del BíoBío. Fallece en Santiago el año 1995.

LENKA FRANULIC

Lenka Franulic Zlatar nació en Antofagasta el 22 de julio de 1908 en el seno de un hogar de inmigrantes yugoslavos, formado por Mateo Franulic y Zorka Zlatar. Estudió en el Liceo de Niñas de su ciudad natal, y se trasladó luego a Santiago a estudiar Inglés en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile.

Lenka se inició tempranamente en el periodismo como traductora de la naciente revista Hoy, donde comenzó a desarrollar una crónica literaria y cultural. En esta etapa escribió una serie de semblanzas de destacados escritores de su época, reunidas en su primer libro: Cien Autores Contemporáneos (1940).

Luego del cierre de Hoy, Lenka Franulic se integró (1941) a la recién creada revista Ercilla. El medio periodístico de esos años estaba prácticamente cerrado para las mujeres, por lo que le fue necesario vencer resistencias y demostrar sus capacidades hasta lograr conquistar el sitial de única reportera mujer de la revista, encargada además de los trabajos más difíciles.

Grandes entrevistas y reportajes la hicieron justa merecedora de una gran reputación. De su pluma salieron las primeras entrevistas a los Presidentes electos Gabriel González Videla, Carlos Ibáñez y Jorge Alessandri, así como también a personalidades de fama mundial como el mariscal Tito, Eleanor Roosevelt y Juan Domingo Perón, entre muchos otros.

Lenka Franulic trabajó también en la radio, que en ese entonces era un nuevo y penetrante medio de comunicación. En 1945 asumió la dirección de Nuevo Mundo, y más tarde, las emisoras Nacional, Cooperativa, Agricultura y Minería la contaron entre sus reporteros.

En 1952 viajó a París, becada por el gobierno francés para perfeccionarse, y a su regreso, volvió a la radio. Buscadora incansable, también incursionó en el periodismo femenino, haciéndose cargo de la revista Eva en 1956. Inquieta —el destino de los periodistas y del periodismo—, impulsó junto a su amigo Orlando Cabrera, la creación del Círculo de Periodistas de Chile. Asimismo, integró el grupo que dio forma a la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, la primera del país, quedando como una de sus docentes de planta.

En 1957 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo y en 1958, el Premio de la Sociedad Profesional de Mujeres Periodistas de Estados Unidos, siendo la única chilena en recibir este honor.

Fue nombrada directora de revista Ercilla en 1960 y desempeñó este cargo hasta el día de su muerte, el 25 de mayo de 1961.

MARLENE AHRENS

Nació en Concepción, el 27 de julio de 1933. Es una ex atleta chilena, la primera —y hasta ahora única— mujer chilena en ganar una medalla en unos Juegos Olímpicos. Además, ganó dos medallas de oro en Juegos Panamericanos, cuatro en Campeonatos Sudamericanos de Atletismo y una en Juegos Iberoamericanos

En los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956, donde fue la abanderada y única mujer de la delegación chilena,2 lanzó la jabalina a una distancia de 50,38 m, resultado que le valió la medalla de plata el 28 de noviembre de ese año —con esta presea, Chile sumó su cuarta medalla en su historia olímpica—. Marlene Ahrens solo fue superada por la soviética Inese Jaunzeme, quien lanzó su jabalina a 53,86 m y se adjudicó la medalla de oro.

También participó en los Juegos Olímpicos de Roma 1960, donde volvió a ser la abanderada durante la ceremonia de apertura de esos juegos. Luego de representar a Chile en el lanzamiento de la jabalina, incursionó en el tenis, donde alcanzó excelentes resultados en el escalafón nacional. En 1967, ganó el torneo de Chile en dobles mixtos junto a Omar Pabst. Desde 1979, se dedicó a la equitación, primero en salto ecuestre y luego en adiestramiento, donde representó a Chile en los Juegos Panamericanos de 1995, en Mar del Plata, Argentina.

Contrajo matrimonio con Jorge Roberto Ebensperger Grassau (quien falleció el año 2008). Marlene Ahrens es la madre de la periodista Karin Ebensperger, y abuela de Marlene Eguiguren, también periodista y conductora de noticias primero en CNN Chile, y luego en Canal 13.

RAQUEL CORREA

Licenciada en Sicología y Periodismo en la Universidad de Chile, Raquel Correa Prats se inició laboralmente en radio Minería, para después proseguir en la Agencia cubana Prensa Latina, en la revista Vea (1961-1975) y en los diarios La Tercera y El Mercurio, en este último lugar desde 1981 hasta su muerte. Recibió numerosas premios por su labor, entre ellos: Premio del Consejo Mundial de Educación (1982); Premio Silva Pinto (1984); Premio Embotelladora Andina (1987) y Premio Nacional de Periodismo, en 1991.

Octava hija del agricultor Alfredo Correa y de Marta Prats, y descendiente directa de Andrés Bello,1 pasó su infancia en la Hacienda de la Higuerilla de Lontué, perteneciente a la comuna de Sagrada Familia, de la Séptima Región. Desde pequeña se caracterizó por ser la rebelde de la familia, con una personalidad fuerte y obstinada. Cursó su educación básica y media en el internado del Colegio del Sagrado Corazón, Monjas Inglesas, junto con varias de sus hermanas, obteniendo muy malos resultados hasta que una profesora, a los quince, le hizo ver que todo este tiempo había estado desperdiciando su inteligencia. Entonces Raquel logró pasar del último lugar de la clase, al primero. Aunque estudiaba en la capital, pasaba el verano y las vacaciones en general en el campo con sus once hermanos y hermanas.

Luego de su frustrada incursión en el teatro, ingresó a la Escuela de Sicología de la Universidad de Chile, hasta que en 1956 comenzó a estudiar periodismo en forma paralela en su alma máter. Finalmente, y luego de tres años de estudiar sicología, abandona esta carrera para dedicarse de lleno al periodismo.

En tercer año de esa carrera es invitada por la profesora Lenka Franulic, junto con un grupo de alumnos, a participar en un proyecto radial. El resto del grupo desertó, y ella terminó trabajando en Apuntes, un programa que contaba sólo con la participación de mujeres en la Radio Minería. Más tarde trabajaría en la radio de la Universidad de Chile y en la revista Entretelones, para después proseguir en la Agencia cubana Prensa Latina, en la revista Vea, en Canal 13 de Televisión y en los diarios La Tercera y El Mercurio, en este último lugar desde 1981 hasta su muerte. Recibió numerosas premios por su labor, entre ellos: Premio del Consejo Mundial de Educación (1982); Premio Silva Pinto (1984); Premio Embotelladora Andina (1987) y Premio Nacional de Periodismo, en 1991.

Falleció en Santiago el 10 de septiembre de 2012.

MABEL CONDEMARÍN

Premio Nacional de Ciencias de la Educación 2003, Reconocida en toda América Latina por sus trabajos acerca de la dislexia y su extensa investigación sobre motivación y detección de problemas de lectura.

Pese a sus 52 años de docencia, Condemarín era una mujer muy activa. Poco antes de su fallecimiento planeaba dirigir un Taller de Creación Poética para Educadoras de Párvulos y estaba estudiando las posibilidades de crear un currículo basado en las preguntas de los alumnos.

A Mabel Condemarín le apasionaba el lenguaje por su relación con el desarrollo cognitivo. Decía: ‘Si voy al bosque y digo ‘qué lindo tantos árboles’ no es lo mismo que decir ‘qué lindos los canelos, los avellanos y los robles’. Tener poco vocabulario no empobrece exclusivamente el habla sino que también el desarrollo del pensamiento’.

Convencida que el período preescolar es el más receptivo y flexible. ‘Los niños a esta edad pueden hablar con una velocidad y complejidad increíble’, solía decir. ‘A muchos les sorprende saber que la mayoría de los estudiantes suizos dominan tres idiomas; no es que sean más inteligentes que los nuestros, sólo se debe a que desde pequeños los escucharon…’

Su intensa vida profesional y su amor por la enseñanza, se tradujo en las decenas de libros, papers y materiales de todo tipo que quedan ahora a disposición de profesoras y profesores fruto de su labor de docente e investigadora. Profesora normalista, sostenía que el deber del profesor es enseñar a leer, pero después deben formar niños que tengan el hábito de la lectura, ‘que no sea una cosa mecánica, que sea para el niño una necesidad tanto placentera para su tiempo libre, como para encontrar respuestas a distintos propósitos, a necesidades…’.

Lectora infatigable, esta maestra de generaciones de profesores estaba casada con Felipe Alliende. Madre de cuatro hijos y abuela de tres nietos, reconocía en ‘José y sus hermanos’ una novela de Thomas Mann, el libro que más huellas le dejó personalmente. Para ella leer era una parte importante de su vida y gustaba comunicarlo, convencida de que cuando los chilenos entendamos lo que leemos daremos un salto cualitativo en educación.

Nunca quiso ilusionarse con obtener el Premio Nacional de Educación, pero el año 2003 el gobierno de Chile le entregó ese importante y merecido Premio.

Mabel Condemarín falleció en Santiago, al año siguiente: el 30 de marzo del 2004.

ISABEL ALLENDE

Hija del diplomático Tomás Allende Pesce —primo hermano de Salvador Allende- y de Francisca Llona Barros, nació en Lima el año 1942 mientras su padre se desempeñaba como embajador de Chile en Perú. Es la mayor de los tres hijos del matrimonio. Sus padres se separaron en 1945, y su madre retornó con Isabel y sus dos hermanos a Chile, donde vivió desde 1946 hasta 1953.

Entre 1953 y 1958, su familia residió en Bolivia —donde asistió a una escuela estadounidense en La Paz— y en Líbano, donde estudió en un colegio privado inglés.

Retornó a Chile en 1959 y se reencontró con Miguel Frías, con quien contrajo matrimonio cuatro años más tarde. La pareja tuvo dos hijos: Paula (1963) y Nicolás (1967), ambos nacidos en Santiago. A raíz del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 contra Salvador Allende y del advenimiento de la dictadura, abandonó Chile dos años más tarde y se exilió en Venezuela, donde vivió hasta 1988. Instalándose en Caracas, donde inició su producción literaria.

Su primera gran novela, “La casa de los espíritus”, próxima al llamado «realismo mágico», fue publicada en 1982. Y fue llevada al cine  con las actuaciones de grandes actores como Jeremy Irons, Winona Ryder, Meryl Streep, Antonio Banderas y Glen Close.

Es la escritora latinoamericana de mayor ventas en el mundo, aún más, es una de las escritoras en lengua española más leída de todos los tiempos y ha publicado tanto novela como cuentos infantiles o teatro. Gran parte de su obra se cataloga dentro del realismo mágico. Su lenguaje es sencillo, claro y pleno de contenido, y con un marcado acento feminista. Vive en California, Estados Unidos, y allá fue designada integrante de la Academia de las Letras en Estados Unidos, y el año 2010 recibió en Chile el Premio Nacional de Literatura

VERÓNICA VILLARROEL

Nació en Santiago de Chile el año 1965. Admirada desde pequeña por su voz cantó en el coro de su colegio, aunque al salir de la enseñanza media estudió publicidad. Pero el canto la siguió llamando. Le ofrecieron un pequeño papel en La Boheme. Se trataba de actuar en el Teatro Municipal de Santiago junto a la diva Renata Scotto, quien se convirtió de inmediato en su madrina musical y le abrió las puertas de Nueva York donde tuvo un éxito creciente. Otro apoyo importante en su carrera ha sido Plácido Domingo, con quien ha compartido escenario en numerosas oportunidades.

Entre sus desafíos y logros le ha correspondido abrir la temporada de ópera en el Washington Center y cantar en el Royal Opera House. También son memorables sus roles en El Trovador, de Verdi, y  Madama Butterfly, de Puccini.

Al glamour y la audiencia de elite que rodea el ambiente operático internacional Verónica Villarroel ha sumado públicos más amplios. Recientemente grabó su disco “Cuando estoy contigo” con temas populares, principalmente románticos de autores de éxito masivo como Armando Manzanero, Roberto Carlos y César Isella, entre otros.

La prueba de fuego para mostrar esta nueva faceta fue el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar de 2009, donde fue aclamada y recibió los premios del público: antorcha de plata, antorcha de oro y gaviota de plata. La experiencia ha sido exitosa, pero la artista combina sus dos facetas sin dejar de lado sus actuaciones en los más prestigiosos escenarios de la ópera internacional.

VALENTINA VARGAS

Nació en Santiago de Chile, donde comienza sus estudios en el Teatro Camilo Henríquez y también estudia ballet clásico en el Conservatorio Nacional de Santiago. Valentina se incorpora en las artes dramáticas en París, Francia, ingresando a las Compañías de Teatro de Tania Balaschova, Yvez Pignot, Studio Pygmalión, de Pascal Luneau, y más tarde en la academia de Teatro de Martha Gehman en Los Angeles, California.

De allí llegó al cine, participando en numerosas películas, y saltó a la fama internacional con el film “El nombre de la Rosa” dirigida por Jean Jaques Annaud, donde actuó junto a Sean Connery, Christian Slater, Ron Perlman, Murray Abrahams, entre otros.

Valentina Vargas trabaja en “Azul Profundo” dirigido por Luc Besson con Jean Marc Barre, Rosanna Arquette y Jean Reno. Gray Hofmeyer en “DirtyGames” junto a Jan Michel Vincent y con el Director de culto Sam Fuller en la película “Calle sin Retorno”, junto a Keith Carradine y Bill Duke, nominada en el Festival de Cannes 1989.

También trabaja con Karin Howard en “La Tigresa” junto a James Remar, y en “El Aliento del Diablo” dirigida por Paco Lucio con Alexander Kaidanovsky, la cual fue nominada a la mejor película en el Festival de San Sebastián, España.

Valentina retorna a su país natal, Chile, para trabajar en “Los Náufragos” dirigida por Miguel Littín con Bastian Bodenhoffer. Luego se une a la escuela de Mimos de Samuel Avital “El grito del Silencio” en Boulder, Colorado. También trabaja con Kevin Yagher en “Hellraiser IV, Bloodline” junto a Doug Bradley y “Cruz del Sur” dirigida por James Becket junto a Malcolm McDowell y Michael Ironside.

Trabajó también en la TV Francesa y Norte Americana en “Air America”, y en la serie “Héroes” (Balmaceda), dirigida por Gustavo Graef Marino.

Una actriz de primer nivel, chilena, famosa, que nos llena de orgullo.

LEONOR VARELA

Nació en Santiago el 29 de diciembre de 1972. Ella es una actriz y modelo chilena, que ha participado en diversas producciones cinematográficas norteamericanas, latinoamericanas y europeas, y ha sido rostro de múltiples campañas publicitarias. Después del golpe de estado en 1973, siendo una niña muy pequeña aún, abandonó Chile junto a su familia y se radicó en Europa.

Aunque realizó su debut en la televisión europea en 1995, con el telefilme sueco Pony Trek, tuvo roles secundarios en diversas series y películas francesas y chilenas, y no sería hasta una breve aparición en El hombre de la Máscara de Hierro, junto a Leonardo DiCaprio, en 1998, que su nombre cobraría notoriedad en Hollywood, transformándose en protagonista de telefilmes como Cleopatra y Jeremiah, y películas como Blade II y Voces Inocentes.

Ha sido considerada una de las mujeres más hermosas del mundo por diversas publicaciones. También ha realizado múltiples actividades humanitarias, como una campaña en favor de la limpieza de las aguas consumidas por los indígenas kuna de Panamá, o el amadrinamiento de un jardín infantil ubicado en la comuna de Huechuraba en Santiago de Chile. Además se ha destacado en la defensa del medioambiente, siendo rostro de campañas de diferentes ONGs, centrándose en la protección del rorcual azul en el sur de Chile.

GLADYS MARÍN

Hija del campesino Heraclio Marín y de la profesora primaria Adriana Millie. Su padre abandonó el hogar tempranamente, por lo cual su madre debió hacerse cargo de criar a ella y a sus tres hermanas. Cumplidos los 4 años de edad, los Marín Millie emigraron a Sarmiento y después a Talagante, donde fue a la escuela primaria.

Se formó como profesora en la Escuela Normal de Preceptores, donde comenzó a asistir a las reuniones de la Federación de Estudiantes Normalistas, siendo elegida presidenta de dicha federación. Se tituló como profesora en 1957 y al año siguiente ingresó a las Juventudes Comunistas de Chile.

En 1965, fue elegida Diputada por el 2° distrito Santiago (Renca, Conchalí, Recoleta, Independencia, Colina, TilTil, Talagante, Curacaví, Quinta Normal y Barrancas —actual Pudahuel-), siendo todas las comunas de extracción popular. Fue reelegida con una alta votación, ocupó su cargo en el Congreso hasta el 11 de septiembre de 1973.

Producido el golpe de estado que derribó el gobierno de Allende, Gladys Marín pasó a la clandestinidad. En diciembre de 1973, por decisión del Partido Comunista, se asiló en la embajada de los Países Bajos en Santiago, permaneciendo allí ocho meses debido a que la dictadura militar le negaba el salvoconducto. En 1976, fue detenido en Chile su marido Jorge Muñoz, miembro de la Comisión Política del Partido, ignorándose hasta hoy su paradero. Ella supo la noticia mientras se encontraba en Costa Rica.

En 1978, regresó clandestinamente a Chile y encabezó el trabajo de dirección desu partido; en 1984 asumió como subsecretaria del mismo. Y en 1994, Gladys Marín fue elegida Secretaria General del Partido Comunista de Chile, el cargo más importante dentro de dicha tienda partidista partido..

El 25 de septiembre de 2003, fue internada en una clínica de Santiago donde el equipo médico le diagnosticó la presencia de un tumor cerebral (gliobastoma multiforme). El 1 de octubre viajó a Estocolmo (Suecia) para ser intervenida en la Clínica Karolinska. Viajó a La Habana (Cuba) para iniciar un proceso de rehabilitación dispuesto por su amigo personal, Fidel Castro.

Falleció a la una de la mañana del domingo 6 de marzo del 2005 en su casa de Lo Cañas, en la comuna de La Florida, Santiago, tal como ella misma lo pidiese. Fue despedida en un multitudinario homenaje y el Gobierno de Chile declaró dos días de duelo oficial. A su funeral, asistieron políticos de todas las tendencias, entre ellos el presidente chileno de entonces, Ricardo Lagos Escobar.

Hace pocos días, en el Congreso Nacional de Chile, en la Cámara de Diputados, TODOS los parlamentarios, de izquierda, de derecha, de centro e independientes, aprobaron con votación unánime una ley que permitirá erigir un monumento para honrar a Gladys Marín por su colaboración legislativa y su lucha por la libertad.

MICHELLE  BACHELET

Michelle Bachelet nace en Santiago el 29 de septiembre de 1951. Es hija del General de Brigada Aérea Alberto Bachelet y la antropóloga Ángela Jeria; es madre de Sebastián, Francisca y Sofía. Su infancia la vivió con sus padres en Quintero, Antofagasta, comuna de El Bosque, Santiago y Estados Unidos.En 1964 regresa con su familia a Chile, terminando sus estudios secundarios en el Liceo N° 1, Javiera Carrera de Santiago. En 1970, ingresa a la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile e inicia su militancia en la Juventud Socialista.

.Luego del golpe de Estado, junto con enfrentar la muerte de su padre en marzo de 1974, a causa de las torturas y duros interrogatorios a los que fue sometido, Michelle Bachelet soporta los apremios de agentes de la DINA en los centros de detención Villa Grimaldi y Cuatro Álamos, donde estuvo detenida junto a su madre. En 1975, ambas son expulsadas del país. Vivió el exilio en Australia y Alemania, donde continuó sus estudios de medicina y se casó con el arquitecto chileno Jorge Dávalos.

En 1979 regresa a Chile donde obtuvo el título de Médico Cirujano, y gracias a sus calificaciones y publicaciones obtiene la beca Colegio Médico de Chile para su especialización en Pediatría y Salud Pública en el Hospital Roberto del Río. Durante los años ochenta desempeñó diversos cargos ligados al servicio social en instituciones como la ONG Pidee, dedicada a brindar apoyo profesional a hijos de detenidos y de víctimas del régimen militar en Santiago y Chillán.

En marzo de 2000 asume como Ministra de Salud en el gobierno de Ricardo Lagos Escobar, encabezando un importante proceso de mejoramiento para reducir los tiempos de espera en la atención y sentando las bases para el inicio de la reforma a la salud chilena.  En 2002, asume como Ministra de Defensa, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar ese cargo en la historia de Chile y Latinoamérica.

En marzo de 2006, luego de obtener un amplio apoyo en las elecciones del año anterior, se convierte en la primera chilena en asumir la Presidencia de la República, dando inicio a un período de gobierno centrado en el logro de mayor equidad e inclusión social en el país.

El 14 de septiembre de 2010 el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, anunció la designación de Michelle Bachelet como la primera Directora de la recién creada agencia ONU Mujeres, entidad llamada a luchar por los derechos de las mujeres y niñas en el mundo. El 23 de marzo de 2013, tras dos años y medio de trabajo dedicada a los objetivos de aumentar la participación política de las mujeres, el empoderamiento económico de éstas y la lucha para poner fin a la violencia contra las mujeres, deja la organización para retornar a Chile.

El 15 de diciembre de 2013 Michelle Bachelet gana las elecciones para llevar a cabo un segundo período de gobierno comenzando en marzo del año 2014

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