Crisis en el Consejo de Seguridad ONU: Proyecto de resolución de Estados Unidos sobre el Sáhara Occidental. enfrenta fuerte oposición.

 Crisis en el Consejo de Seguridad ONU: Proyecto de resolución de Estados Unidos sobre el Sáhara Occidental. enfrenta fuerte oposición.
Crisis en el Consejo de Seguridad ONU: Proyecto de resolución de Estados Unidos sobre el Sáhara Occidental. enfrenta fuerte oposición.

El Consejo de Seguridad de la ONU, cuyo modo de funcionamiento antidemocrático ha mostrado todos sus límites, está en los albores de una crisis mayor, cuyo desenlace forzosamente dejará huellas imborrables. En la ONU, la diplomacia estadounidense está jugando fuerte.

Su proyecto de resolución sobre el Sáhara Occidental, juzgado parcial y contrario al derecho internacional, ha desencadenado una tormenta diplomática sin precedentes.

Como se señaló el día anterior, las consultas extraordinarias del 24 de octubre en el Consejo de Seguridad se convirtieron en un enfrentamiento diplomático. El proyecto estadounidense, presentado como una simple renovación del mandato de la MINURSO, introduce en realidad un cambio fundamental: erige el pretendido “plan de autonomía” marroquí como única base de negociación, marginando el principio sagrado de la autodeterminación del pueblo saharaui.

Varias delegaciones denunciaron un intento de legitimar la ocupación militar marroquí del territorio, en contradicción directa con las resoluciones de la ONU, el dictamen consultivo de la Corte Internacional de Justicia (1975) y los repetidos fallos del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

«Este texto busca transformar un crimen colonial en una solución política», confía un diplomático africano a Al-Qods Diplomatique. Para ser adoptado, el texto estadounidense debe recoger 9 votos sobre 15. Pero, según varias fuentes diplomáticas, Washington no contaría más que con 5 a 6. Tiene consigo a Francia, el Reino Unido, Sierra Leona y Panamá.

Pakistán, Corea del Sur, Guyana, Grecia y Somalia están sufriendo fuertes presiones por parte de los “diplomáticos” estadounidenses, marroquíes y quizás también israelíes.

Su indecisión se mantiene hasta este lunes a la espera del 30 de este mes, fecha de sometimiento a votación de esta resolución, sin duda capital para el devenir de este asunto de descolonización. En cambio, la abstención está prácticamente decidida en Dinamarca, Eslovenia y China.

Las oposiciones más firmes, que resisten con firmeza a los estadounidenses y pueden detener el curso de los acontecimientos, a falta de invertirlo rotundamente, son Argelia y Rusia.

Rusia denunció un texto “peligroso” y “que deforma los hechos históricos”, exigiendo la supresión del párrafo 4 —aquel que consagra el “plan de autonomía marroquí”. Moscú insiste en dos pilares fundamentales: reconocimiento del estatus colonial del Sáhara Occidental y respeto del derecho de los saharauis a elegir libremente su futuro. El Kremlin advierte: si Washington se niega a modificar el texto, Rusia podría recurrir a su derecho de veto. Una posición compartida en secreto por varias capitales del Sur global.

Es decir que los equilibrios son particularmente precarios. Máxime cuando los diplomáticos saharauis, que tienen de su parte la legalidad internacional, redoblan esfuerzos en sus acciones de sensibilización y explicación en todos los frentes.

Por su parte, Washington multiplica las presiones bilaterales sobre los miembros no permanentes, con el discreto apoyo de París y de las monarquías del Golfo. Pero esta estrategia es percibida como un intento de instrumentalizar el Consejo de Seguridad en beneficio de un aliado regional, despreciando el derecho internacional.

«Estados Unidos quiere transformar el Consejo en una cámara de registro del Majzén», denuncia una fuente saharaui en Nueva York. Si se mantiene la versión actual del texto, la sesión del 30 de octubre podría desembocar en una de las votaciones más polarizadas desde hace décadas. Un clivaje neto se perfila: de un lado, el bloque occidental, preocupado por preservar sus alianzas estratégicas con Rabat; del otro, el frente del derecho internacional, encabezado por Argelia, Rusia y el Frente Polisario.

«La cuestión saharaui se convierte de nuevo en una prueba de credibilidad para la ONU. ¿Puede aún defender la descolonización?», interroga un diplomático africano. Detrás de esta batalla jurídica y diplomática se juega la legitimidad misma del orden internacional. Si el proyecto estadounidense saliera adelante, consagraría la victoria del hecho consumado colonial sobre el derecho de los pueblos. Pero una resistencia creciente se organiza, impulsada por Argel, Moscú y el movimiento internacional de solidaridad con el pueblo saharaui.

La declaración del Frente Polisario resuena como una advertencia: «El pueblo saharaui no renunciará nunca a su derecho a la independencia. Las potencias pueden manipular los textos, pero no la historia.» No, el Sáhara Occidental nunca será marroquí. ¡Aviso!

El Ghayeb Lamine

Fuente: La Patrie News

Traducción de Infosurglobal
27 de octubre 2025

Infosurglobal

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