En gustos cinéfilos soy vulgar, casi básico…pero me entretengo  a mares

Arturo Alejandro Muñoz

Yo no voy “contra corriente”. Para nada. Pertenezco a eso que los especialistas en cualquier cosa llaman “el grueso público”, es decir, formo parte del tumulto, de la poblada. Especialmente en materias de cine, televisión y espectáculos masivos. Para gastar mi plata en esos eventos jamás me dejo guiar por opiniones de expertos en cine, arte o música. Aprendí tempranamente que la cuestión se trata de gusto personal, y no de obedecer lo que algún iluminado ordena, aconseja o critica.

Hoy cualquiera obtiene el Nobel de la Paz, y cualquiera también es nominado al Oscar que entrega la Academia… ¿academia de qué? Ni idea. La Academia, eso dicen (se referirán a Magallanes F.C. ‘manojito de claveles, academia del fútbol chileno?).  No soy experto en nada, simplemente soy un vulgar espectador, tal vez el más vulgar de todos, porque sólo asisto al cine los miércoles cuando el valor de la entrada está rebajado (y al teatro cuando el alcalde se digna contratar a alguna compañía para que actúe en el gimnasio municipal de mi comuna).

Pero tengo TV cable y por ahí enderezo mis falencias. Durante un tiempo me dio la tontera de ir a ver películas que contaran con “buena crítica” de los sempiternos especialistas contratados por diarios, radios y canales de televisión, cuyos nombres me reservo para no ser obligado a concurrir a tribunales y defenderme por injurias, aunque usted, al igual que yo, tiene claro que varios de esos “expertos” aman películas que al grueso público no les gusta. Nunca ellos han dicho, por ejemplo: “puchas que es entretenido ese film de Schwarzeneger cuando tiene que luchar contra un cazador extraterrestre en las selvas de Nicaragua”. O “no se pierda la película interpretada por Stallone, Rocky XIX, porque hay mucha acción, efectos especiales y agilidad en la acción”. Jamás dirían algo así, pese a que si usted mira las boleterías de los cines donde esos filmes se exhiben, comprobará que hay largas filas de espectadores ansiosos por ver la trama.

“Ah, es que tú no has visto cine de verdad, del bueno, del extraordinario; no te pierdas “Los puentes de Madison”, vas a llorar y saldrás encantado con Meryl Streep y Clint Eastwood”, me dijeron dos amigas. Fui a verla. A los 25 minutos me quedé dormido… a los 50 minutos abandoné la sala y me fui a tomar un café y a vitrinear en un Mall. ¿Lloré? Claro que lloré, pero de rabia por haber gastado cinco lucas.

Es que los expertos deberían decir con absoluta claridad que esas son películas preferentemente para mujeres, y de las romanticonas a morir…o también para hombres que tienen corazones de jengibre, como el león del ‘Mago de Oz’, pero no para brutanteques como el suscrito, que gustan de la acción, la rapidez, los efectos especiales, la Historia versionada, la risa, el baile, las carreras de autos, los combates de naves extraterrestres, etc., etc.).

¿Quiere ejemplos de cada uno de esos filmes? Bueno, se los doy, pues. Aquí van:

*Duro de Matar (todas, menos la IV, que fue cansadora y aburridora, repetitiva y sin huesos)

*Rocky (I, II, III, IV y IV)

* Rambo (sólo la primera, la original)

* Depredador (I y II)

*Alien (en especial la I y la II)

*Star Wars (todas, toditas todas)

*Los Ángeles al desnudo (o “L.A. Confidential)

* El Padrino (todas, todas)

* Volver al futuro (todas, todas)

* Sexto sentido (se pasó para ser película que me tuviera con el trasero apenas ubicado casi al borde del asiento)

Bueno, okey, entonces tienes que ver “Crepúsculo” me dijeron mis amigas. Fue peor. Si la anterior era mala, esta era asquerosamente mala, y tonta. Los vampiros no asustaban ni a los cabros chicos.

A mis amigas cinéfilas (que en verdad son amigas de mi hijo menor), les respondí que, si deseaban ver una buena película de amor, con interesante y atrapante trama, lindas tomas, excelentes actuaciones y una dirección de maestría, tendrían que buscar filmes antiguos en la internet, especialmente cuatro: “Love Stoy” (con Ryan O’Neal y Ali McGrow), “Doctor Zhivago” (Julie Christie y Omar Sharif), “Shakespeare apasionado” (Joseph Fiennes, Gwineth Paltrow) y “Trenes rigurosamente vigilados” (una tremenda película checa de los 70). Lo hicieron y semanas después confesaron que les había encantado mi recomendación.

Me hablaron entonces de “¿Conoces a Joe Black?”, y me arriesgué. Me gustó, de verdad me gustó. Brad Pitt me convenció que es en realidad un actorazo… y ni qué decir respecto de Anthony Hopkins. Esa es una película que en mi calidad de espectador simple y bruto puedo calificar como ‘Buenísima’.

En fin, ¿para qué seguir? En gustos hay un arcoíris gigantesco, así que cada cual con su preferencia…pero, por favor, no ninguneen ese cine que es gusto popular, porque también tiene su encanto y su prosa.

Ya, y ahora me sentaré frente a mi televisor para ver “Predator, la presa”.

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