La peligrosa apuesta de Trump que pone en jaque al mundo…y a su propio “imperio”

 La peligrosa apuesta de Trump que pone en jaque al mundo…y a su propio “imperio”

Arturo Alejandro Muñoz

Hoy, avanzado el siglo XXI, la realidad trae sorpresas y malas noticias para los gobernantes del ‘imperio norteño’, pues “las cuentas del almacenero”, esta vez, les son dramáticamente negativas. La deuda interna de los Estados Unidos de Norteamérica es gigantesca, prácticamente insalvable a través de medios y recursos propios, pues tal como lo señaló el respetado economista norteamericano, Laurence Kotlikoff, la gravedad de la creciente brecha fiscal se ha ocultado durante años en Washington, un proceso que en última instancia podría provocar un colapso de la deuda que alcanza ya los 220 billones de dólares.

Además, según ese economista, “China y Japón, principales prestamistas estadounidenses, simplemente podrían detener el flujo de fondos, ya que con el tiempo la deuda oficial será mayor, y también se convertirá en una parte más y más grande del PIB, y en algún momento el Estado chino, y otros, dejarán de prestarle dinero, y las tasas de interés subirán dramáticamente”.
A este respecto, muchos expertos en asuntos de Economía coinciden con Kotikloff en que la denominada ‘brecha fiscal’ real en EE.UU. es de 220 billones de dólares si a la deuda declarada por el país se le suma la deuda implícita, que incluye compromisos contraídos por los Gobiernos a largo plazo, que no figuran en la contabilidad pública y que en su mayoría corresponden a pagos futuros destinados al sistema de seguridad social. La cifra sería, por lo tanto, equivalente a casi tres veces el PIB mundial.

Ante tamaña realidad que augura un mal futuro, los ‘halcones’ sitos en la Casa Blanca afilan las garras, abren sus arsenales y comienzan a otear el mapa buscando las zonas donde puedan agenciarse recursos mediante el uso de las armas y sin pago ni compromisos posteriores. Petróleo, gas, agua dulce, hierro, fauna marina, bosques, cobre, aluminio, caucho, clientela cautiva, gobiernos títeres… todo le sirve a EEUU, todo lo necesita. Y lo requiere con urgencia. Afganistán, Irak, Libia y el apetito respecto de Siria constituyen un ejemplo de lo anotado en estas líneas.

A este respecto, muchos expertos en asuntos de Economía coinciden con Kotikloff en que la denominada ‘brecha fiscal’ real en EE.UU. es de 220 billones de dólares si a la deuda declarada por el país se le suma la deuda implícita, que incluye compromisos contraídos por los gobiernos a largo plazo, que no figuran en la contabilidad pública y que en su mayoría corresponden a pagos futuros destinados al sistema de seguridad social. La cifra sería, por lo tanto, equivalente a casi tres veces el PIB mundial.

Además, según ese economista, China y Japón, principales prestamistas estadounidenses, simplemente podrían detener -si así lo quisieran (aún a riesgo de parir un grave conflicto bélico)- el flujo de fondos, ya que con el tiempo la deuda oficial norteamericana sería mayor, convirtiéndose en una parte más grande del PIB, y en algún momento el Estado chino, y otros, dejarían de prestarle dinero, lo cual originaría alzas dramáticas en las tasas de interés.

Todo esto lo saben Donald Trump y sus ‘halcones’. De allí entonces se explica que Trump intente constituirse en el “salvador de USA”, lo que se manifiesta en los apetitos que el megalómano millonario tiene respecto de Groenlandia y Canadá, territorios que podrían solucionar en gran medida la cada vez más difícil situación financiera estadounidense.

En esa desesperada búsqueda de fondos económicos y recursos naturales de primer orden, el actual gobernante del republicano apuesta a la amenaza bélica, al bravuconeo estilo cow-boy frente a los cipayos gobiernos y mandatarios de Europa occidental, y a arrastrarle el poncho a los chinos porque ellos (ya lo dijimos) podrían cortar el flujo de fondos hacia Washington…cuestión que los ‘halcones’ creen que no gatillaría una respuesta bélica-nuclear por parte de Beijing, ya que -según Washington- los mandantes comunistas chinos siempre han optado por (re)negociar cuando enfrentan situaciones internacionales que conlleven un alto riesgo bélico.

Es una apuesta yanqui, sin duda…a eso están jugando Donald Trump y sus asesores mega millonarios, autoconvencidos de dirigir el imperio más grande, sólido, temido y poderoso de la Historia de la Humanidad, un imperio que se debilita cada año más y más, que tiembla tratando de estabilizarse sobre la cuerda floja de la economía mundial.

Hace algunos días, el mismo mandatario republicano hizo alusiones a ciertas características coincidentes de EEUU y el antiguo imperio romano…pero, Trump soslaya -o quizás no lo sabe- que el imperio de los césares se debilitó y se derrumbó principalmente por sus corruptelas, sus extensos territorios conquistados a los que ya  no podía controlar, y por sus contradicciones internas.

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