Mandla Mandela insta al mismo apoyo global para Palestina que ayudó a liberar a Sudáfrica del apartheid.

Mandla Mandela insta al mismo apoyo global para Palestina que ayudó a liberar a Sudáfrica del apartheid
Por Hasina Kathrada
Inkosi Mandla Mandela recordó los años en que su país era un paria,mantenido con vida por la solidaridad global. Ahora, dijo, se debe hacer lo mismo por Palestina. Foto: Hasina Kathrada
En Túnez, antes de su partida en un barco que transporta a activistas reconocidos internacionalmente como Greta Thunberg, el nieto de Nelson Mandela se paró ante una multitud de periodistas y activistas e invocó un recuerdo que aún moldea la conciencia de Sudáfrica.
Inkosi Mandla Mandela recordó los años en que su país era un paria, mantenido con vida gracias a la solidaridad global. Ahora, dijo, se debe hacer lo mismo por Palestina.
Se dirigió a cientos de personas de más de 40 países que se habían reunido para el lanzamiento de la Flotilla Global del Sumud, una misión civil no violenta que se prepara para entregar ayuda humanitaria a Gaza.
La delegación sudafricana, compuesta por otros nueve activistas que han viajado a través de continentes para unirse a la campaña, estaba entre los presentes. Mandela recordó a la reunión que la historia no solo la escriben los gobiernos y los ejércitos, sino también las personas comunes que se niegan a apartar la mirada.
“Más de 40 barcos de 44 países se han unido ahora a este esfuerzo”, dijo. “No fracasaremos donde otros han sido bloqueados por tierra o por aire. Nuestra misión es simple. Llevar ayuda humanitaria a Gaza y asegurar que llegue a sus beneficiarios previstos. Los palestinos realizarán su libertad en su tiempo de vida, tal como lo hicieron los sudafricanos en el nuestro”.
Para Mandela, la lección de la generación de su abuelo estaba clara. “Mi abuelo dijo que podíamos someternos a la ocupación o resistir”.
La liberación, argumentó, no fue entregada por el ex presidente de EE. UU. Ronald Reagan o la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, sino por ciudadanos comunes que obligaron a los gobiernos a actuar: estibadores en Irlanda que se negaron a manipular fruta sudafricana, estudiantes que marcharon en capitales europeas, comunidades que mantuvieron viva la lucha en el exilio.
El exilio, dijo, no es debilidad sino poder, y los palestinos en el extranjero deben convertirse en “los soldados de primera línea de la lucha de su hogar”. “Cada video,cada testimonio debe ser compartido, porque fue a través del exilio que los sudafricanos mantuvimos viva nuestra lucha”.
Su reproche a la Liga Árabe y a la Organización de Cooperación Islámica fue contundente. “Han fallado al pueblo palestino. Ustedes y yo, como movimientos activistas emergentes, no podemos fallarles”.
La flotilla representa continuidad más que un nuevo comienzo. Los convoyes anteriores por tierra fueron detenidos en Rafah o bloqueados en Turquía y el norte de África, a veces con Mandela entre los rechazados. Dijo a la multitud que tales contratiempos no eran fracasos sino el largo camino de la resistencia. “Este no es nuestro primer intento.Pero cada uno nos ha acercado más. Así como los sudafricanos enfrentamos reveses y traiciones antes de nuestra eventual libertad, también los palestinos realizarán su liberación en su tiempo de vida”.
Más allá de la reunión en Túnez, frente a la costa de Menorca, la flota se había reagrupado, con embarcaciones reincorporándose después de reparaciones en Barcelona. Las tripulaciones realizaban controles de seguridad mientras esperaban la autorización. Y el 7 de septiembre, decenas de barcos llegaron a Túnez para unirse a la flota más grande con destino a Gaza en los próximos días, una partida que los organizadores describieron como la movilización más grande hasta ahora.
El momento no fue incidental. En semanas recientes, los funcionarios israelíes han intensificado las amenazas contra la flotilla y los gobiernos europeos han estado bajo presión para impedir que zarpe. Contra ese telón de fondo, la vista de los barcos saliendo del puerto de Túnez adquirió un peso simbólico. Una flota civil desafiaba un bloqueo militar que ha durado 18 años, parte de un régimen más amplio de desposesión que se remonta a la Nakba en 1948.
La flotilla ha atraído un amplio respaldo internacional. Más de un centenar de legisladores, desde senadores hasta alcaldes, han firmado una declaración conjunta pidiendo la protección de la misión y la creación de un corredor humanitario.
Francesca Albanese, la Relatora Especial de la ONU para los territorios palestinos ocupados, afirmó que la flotilla “cumple plenamente con el derecho internacional”.
Los estibadores en Génova, Italia, se comprometieron a bloquear todos los envíos a Israel si se pierde el contacto con la flotilla. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, envió un mensaje de solidaridad, escribiendo: “Han escogido el camino más difícil y peligroso, el de la acción frente a la violencia brutal. Desde esta orilla, les enviamos fuerza, palabras, vida”.
Para Sudáfrica, la presencia de Mandela en Túnez es simbólica. El gobierno ha llevado a Israel a la Corte Internacional de Justicia, acusándolo de genocidio en Gaza, un movimiento que acaparó titulares pero dejó a muchos escépticos sobre lo que puede lograr el derecho internacional.
La aparición de Mandela aquí junto a otros nueve sudafricanos tendió un puente entre el proceso diplomático y la acción de base, arraigando la solidaridad del país en la experiencia vivida. “Nuestra arma está lejos de casa”,dijo, invocando las palabras de su abuelo de que la injusticia en cualquier lugar amenaza la justicia en todas partes. “Llevamos las esperanzas del mundo cuando decimos que los palestinos serán libres”.
Recordó a la reunión que la disciplina y la unidad eran tan vitales como el coraje y que la verdadera prueba de la solidaridad radicaba en sostener el compromiso cuando los obstáculos se multiplican.
Su intervención dio a la reunión un punto de referencia, un recordatorio de lo que la solidaridad internacional puede lograr. Recordó a los cubanos que ayudaron a derrotar al ejército sudafricano del apartheid en Angola y a las protestas globales que forzaron a las potencias occidentales a ceder finalmente a las sanciones. “No piensen que los actos pequeños carecen de significado.Son las chispas que encienden el fuego”.
Era la movilización en su forma más cruda: personas comunes organizándose a través de las fronteras, construyendo presión donde los gobiernos han fallado.
La Flotilla Global del Sumud podría no haber zarpado exactamente según lo programado. Podría no llegar a Gaza. Pero, en Túnez, la sensación de alcanzar el propósito era palpable.
El peso de la historia de Sudáfrica fue invocado como prueba de que la liberación puede sentirse imposible hasta que se realiza. “Llevamos las esperanzas del mundo cuando decimos que los palestinos serán libres”,les dijo Mandela.
En ese abarrotado salón, bajo pancartas y cánticos y el zumbido de los periodistas archivando copias, las palabras llegaron no como retórica sino como un llamado a seguir moviéndose, por muy inciertos que sean los mares que hay por delante.
Fuente: https://mg.co.za/news/2025-09-09-mandla-mandela-urges-same-global-support-for-palestine-that-helped-free-sa-from-apartheid/
Traducción al español de Infosurglobal
9 de septiembre de 2025
Por Hasina Kathrada
Inkosi Mandla Mandela recordó los años en que su país era un paria,mantenido con vida por la solidaridad global. Ahora, dijo, se debe hacer lo mismo por Palestina. Foto: Hasina Kathrada
En Túnez, antes de su partida en un barco que transporta a activistas reconocidos internacionalmente como Greta Thunberg, el nieto de Nelson Mandela se paró ante una multitud de periodistas y activistas e invocó un recuerdo que aún moldea la conciencia de Sudáfrica.
Inkosi Mandla Mandela recordó los años en que su país era un paria, mantenido con vida gracias a la solidaridad global. Ahora, dijo, se debe hacer lo mismo por Palestina.
Se dirigió a cientos de personas de más de 40 países que se habían reunido para el lanzamiento de la Flotilla Global del Sumud, una misión civil no violenta que se prepara para entregar ayuda humanitaria a Gaza.
La delegación sudafricana, compuesta por otros nueve activistas que han viajado a través de continentes para unirse a la campaña, estaba entre los presentes. Mandela recordó a la reunión que la historia no solo la escriben los gobiernos y los ejércitos, sino también las personas comunes que se niegan a apartar la mirada.
“Más de 40 barcos de 44 países se han unido ahora a este esfuerzo”, dijo. “No fracasaremos donde otros han sido bloqueados por tierra o por aire. Nuestra misión es simple. Llevar ayuda humanitaria a Gaza y asegurar que llegue a sus beneficiarios previstos. Los palestinos realizarán su libertad en su tiempo de vida, tal como lo hicieron los sudafricanos en el nuestro”.
Para Mandela, la lección de la generación de su abuelo estaba clara. “Mi abuelo dijo que podíamos someternos a la ocupación o resistir”.
La liberación, argumentó, no fue entregada por el ex presidente de EE. UU. Ronald Reagan o la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, sino por ciudadanos comunes que obligaron a los gobiernos a actuar: estibadores en Irlanda que se negaron a manipular fruta sudafricana, estudiantes que marcharon en capitales europeas, comunidades que mantuvieron viva la lucha en el exilio.
El exilio, dijo, no es debilidad sino poder, y los palestinos en el extranjero deben convertirse en “los soldados de primera línea de la lucha de su hogar”. “Cada video,cada testimonio debe ser compartido, porque fue a través del exilio que los sudafricanos mantuvimos viva nuestra lucha”.
Su reproche a la Liga Árabe y a la Organización de Cooperación Islámica fue contundente. “Han fallado al pueblo palestino. Ustedes y yo, como movimientos activistas emergentes, no podemos fallarles”.
La flotilla representa continuidad más que un nuevo comienzo. Los convoyes anteriores por tierra fueron detenidos en Rafah o bloqueados en Turquía y el norte de África, a veces con Mandela entre los rechazados. Dijo a la multitud que tales contratiempos no eran fracasos sino el largo camino de la resistencia. “Este no es nuestro primer intento.Pero cada uno nos ha acercado más. Así como los sudafricanos enfrentamos reveses y traiciones antes de nuestra eventual libertad, también los palestinos realizarán su liberación en su tiempo de vida”.
Más allá de la reunión en Túnez, frente a la costa de Menorca, la flota se había reagrupado, con embarcaciones reincorporándose después de reparaciones en Barcelona. Las tripulaciones realizaban controles de seguridad mientras esperaban la autorización. Y el 7 de septiembre, decenas de barcos llegaron a Túnez para unirse a la flota más grande con destino a Gaza en los próximos días, una partida que los organizadores describieron como la movilización más grande hasta ahora.
El momento no fue incidental. En semanas recientes, los funcionarios israelíes han intensificado las amenazas contra la flotilla y los gobiernos europeos han estado bajo presión para impedir que zarpe. Contra ese telón de fondo, la vista de los barcos saliendo del puerto de Túnez adquirió un peso simbólico. Una flota civil desafiaba un bloqueo militar que ha durado 18 años, parte de un régimen más amplio de desposesión que se remonta a la Nakba en 1948.
La flotilla ha atraído un amplio respaldo internacional. Más de un centenar de legisladores, desde senadores hasta alcaldes, han firmado una declaración conjunta pidiendo la protección de la misión y la creación de un corredor humanitario.
Francesca Albanese, la Relatora Especial de la ONU para los territorios palestinos ocupados, afirmó que la flotilla “cumple plenamente con el derecho internacional”.
Los estibadores en Génova, Italia, se comprometieron a bloquear todos los envíos a Israel si se pierde el contacto con la flotilla. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, envió un mensaje de solidaridad, escribiendo: “Han escogido el camino más difícil y peligroso, el de la acción frente a la violencia brutal. Desde esta orilla, les enviamos fuerza, palabras, vida”.
Para Sudáfrica, la presencia de Mandela en Túnez es simbólica. El gobierno ha llevado a Israel a la Corte Internacional de Justicia, acusándolo de genocidio en Gaza, un movimiento que acaparó titulares pero dejó a muchos escépticos sobre lo que puede lograr el derecho internacional.
La aparición de Mandela aquí junto a otros nueve sudafricanos tendió un puente entre el proceso diplomático y la acción de base, arraigando la solidaridad del país en la experiencia vivida. “Nuestra arma está lejos de casa”,dijo, invocando las palabras de su abuelo de que la injusticia en cualquier lugar amenaza la justicia en todas partes. “Llevamos las esperanzas del mundo cuando decimos que los palestinos serán libres”.
Recordó a la reunión que la disciplina y la unidad eran tan vitales como el coraje y que la verdadera prueba de la solidaridad radicaba en sostener el compromiso cuando los obstáculos se multiplican.
Su intervención dio a la reunión un punto de referencia, un recordatorio de lo que la solidaridad internacional puede lograr. Recordó a los cubanos que ayudaron a derrotar al ejército sudafricano del apartheid en Angola y a las protestas globales que forzaron a las potencias occidentales a ceder finalmente a las sanciones. “No piensen que los actos pequeños carecen de significado.Son las chispas que encienden el fuego”.
Era la movilización en su forma más cruda: personas comunes organizándose a través de las fronteras, construyendo presión donde los gobiernos han fallado.
La Flotilla Global del Sumud podría no haber zarpado exactamente según lo programado. Podría no llegar a Gaza. Pero, en Túnez, la sensación de alcanzar el propósito era palpable.
El peso de la historia de Sudáfrica fue invocado como prueba de que la liberación puede sentirse imposible hasta que se realiza. “Llevamos las esperanzas del mundo cuando decimos que los palestinos serán libres”,les dijo Mandela.
En ese abarrotado salón, bajo pancartas y cánticos y el zumbido de los periodistas archivando copias, las palabras llegaron no como retórica sino como un llamado a seguir moviéndose, por muy inciertos que sean los mares que hay por delante.
Fuente: https://mg.co.za/news/2025-09-09-mandla-mandela-urges-same-global-support-for-palestine-that-helped-free-sa-from-apartheid/
Traducción al español de Infosurglobal
9 de septiembre de 2025