Taparle la cara al macho no siempre resulta bien

 Taparle la cara al macho no siempre resulta bien

O taparle el ojo, según versiones de Perú y México

Arturo Alejandro Muñoz

El título de esta nota apunta a la expresión popular usada para señalar que se quiere ‘emborrachar la perdiz’ a objeto que nadie vea lo que no conviene a ciertos grupos o personas. Esa expresión -taparle el ojo (o la cara) al macho- tiene su origen en la práctica de los arrieros, ya que desde hace siglos se realiza la tarea de cubrir los ojos a las mulas para que no se espanten mientras las cargan o mientras recorren caminos escabrosos.

El ‘macho’ es en realidad un mulo, vale decir, un animal que procede de la cruza de una yegua con un burro o asno (y no estoy haciendo referencia a nadie en particular).

En política ese aforismo se aplica recurrentemente, y replica a la vez lo ideado por Joseph Goebbels durante el gobierno de los nazis en Alemania (1933-1945). Decía Goebbels:<<cuando estés presionado por una situación negativa la cual no puedas solucionar positivamente, crea entonces un nuevo y terrible evento que puedas manejar a voluntad, y con él distraerás palmariamente a las multitudes>>

Así estamos hoy en Chile, en pleno año 2024. La poderosa derecha local, sirviente del mega empresariado y patrona efectiva de la socialdemocracia, se revuelve con ira ante los graves escándalos protagonizados por algunos de sus principales líderes, lo que pone en riesgo evidente cualquier esperanza suya de una buena votación en los próximos comicios presidencial y parlamentario.

Siguiendo las recomendaciones del nazi Joseph Goebbels utilizando para ello el viejo aforismo popular, aquel de ‘taparle la cara al macho’, la derecha criolla apela a su ‘prensa canalla’ para minimizar el severo problema que la aqueja políticamente. La situación de Venezuela es un verdadero regalo para la gente de la UDI, de RN, de los Republicanos y, también (¿por qué no decirlo?) de algunos dizque socialistas y más de varios democristianos y PPD.

A lo anterior, esa ‘prensa canalla’ agrega con fruición y en extenso la lucha electoral en EEUU; Harris y Trump…el debate, las encuestas, y toda la parafernalia que es típica de los estadounidenses en sus comicios.

Hay también otros paños parata parle la cara, o el ojo, al macho. La derecha los utiliza todos; así de complicada reconoce estar, pues la escandalera provocada por sus propios asociados está derribando a placer la imagen de sus principales líderes, como ocurre con Andrés Chadwick y Sebastián Piñera.

Sin embargo, esta vez la cuestión no les ha dado buen resultado a los directivos de ChileVamos. Las redes sociales demostraron tener un significativo grado de influencia en la sociedad civil, y sus denuncias y opiniones sobre los casos de corrupción y pederastia en los se encuentran imputados y/o formalizados varios de sus más connotados miembros, lograron superar a las informaciones difundidas por la ya mencionada ‘prensa canalla’. Además, ¡por fin!, algunos parlamentarios de la centroizquierda abandonaron los ya históricos temores de enfrentar con fuerza las exacerbadas actuaciones anti pueblo y antidemocráticas de la derecha chilena, encarando a los corruptos públicamente y exigiendo a nuestra feble y yanacona justicia cumplir con el rol que la Constitución le ha dado e impetra.

Así entonces, el ‘macho’ no soporta paños sobre sus ojos, y los delincuentes políticos quedan en descampado.

Las dos últimas esperanzas de la derecha chilena radican en que la Justicia, una vez más, no haga su trabajo…y que el pueblo elector, también una vez más, siga demostrando su pésima memoria a la hora de sufragar para elegir a sus representantes en los poderes del estado.

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