Hermosilla, Chadwick, Muñoz, Espinosa… Piñera… “la trenza”
Arturo Alejandro Muñoz
¿Y…cómo -o en qué- va ahora el caso Hermosilla? ¿Podemos saberlo sin necesidad de mucha literatura y discurso, vale decir, claro, conciso y al hueso’?
Hagamos el intento.
Luis Hermosilla y Andrés Chadwick, desde hace algunos años, son socios en un bufete de abogados con oficinas en el exclusivo barrio alto santiaguino que la gente de a pie conoce como “Sanhattan”.
Andrés Chadwick era primo de Sebastián Piñera, y este fue dos veces presidente de la república. En una de esas administraciones designó a su primo Andrés Chadwick en el relevante cargo de ministro del interior.
Personas que habitualmente debían interactuar con ellos en asuntos legales, comerciales o financieros, les llamaban “la tríada”, y bien podemos llamarles hoy “la trenza”.
En el mes de junio del año 2021 Sebastián Piñera nombra como director de la Policía de Investigaciones (PDI) a Sergio Muñoz Yáñez, en reemplazo de Héctor Espinosa Valenzuela. Muñoz y Espinosa eran bastante cercanos.
Los problemas comienzan a desatarse cuando se conocen públicamente las conversaciones telefónicas sobre asuntos cuya reserva y confidencialidad no podía ser conocida por los participantes de aquellos diálogos, vale decir, Luis Hermosilla, la abogada Leonarda Villalobos y el empresario Daniel Sauer.
Pesquisas realizadas por órdenes de la fiscalía al teléfono de Hermosilla obtuvieron información de hechos constitutivos de delito, apuntando directamente al jefe máximo de la PDI, Sergio Muñoz, quien habría entregado a Hermosilla antecedentes de la causa incoada contra su antecesor (Héctor Espinosa, acusado de lavado de activos y defendido judicialmente por el propio Luis Hermosilla), así como también le entregó antecedentes ‘reservados’ del caso de la minera Dominga, en el cual estaban involucrados el mismísimo presidente de la república, Sebastián Piñera, y la familia Délano.
No se agotaba allí la entrega de informaciones reservadas y/o secretas” hechas por el director de la PDI al abogado Hermosilla, ya que de acuerdo a la investigación periodística realizada por Ciper Chile, serían 12 o más los temas filtrados, entre ellos, Dominga, por cierto, y también los casos Enjoy, Torrealba, Guevara, etc., e incluía “corrupción en la PDI”.
Fue así, entonces, que los peritajes realizados al celular del abogado Luis Hermosilla en el marco del Caso Audios dieron pie a que la fiscalía pidiera autorizar allanamientos a la casa y oficina del director de la PDI, Sergio Muñoz.
Recordemos lo ya dicho: Hermosilla fue abogado del exdirector de la PDI, Héctor Espinosa, de quien Muñoz Yáñez es cercano. La formalización sería a raíz de que, en el examen del celular de Hermosilla, imputado por presunto soborno del Caso Audios’, se encontraron antecedentes sobre el caso del exdirector de la PDI, Héctor Espinosa, formalizado el año 2021 por malversación de caudales públicos, lavado de dinero y falsificación de instrumentos reiterados.
Recordemos también otro asunto ya mencionado: Hermosilla y Chadwick son socios en un bufete de abogados; Chadwick (primo de Piñera) fue ministro del interior cuando Hermosilla trabajaba ocasionalmente en calidad de abogado asesor de ese ministerio, y a la vez recibía las filtraciones enviadas por el director de la PDI, Sergio Muñoz.
Resulta de una total obviedad entender que cada vez que Muñoz informaba a Hermosilla, este pasaba tal información a su socio en el bufete (y jefe o exjefe en el Ministerio), Chadwick, el que siendo ministro en el gabinete de su primo Piñera, por cierto, derivaba esas informaciones a su jefe mayor, el presidente de la república. Ergo, “la trenza” perfecta.
¿Se entendió? Ese es el fondo denso de este intrincado asunto que tiene en la mira de la crítica pública a dos exdirectores de la PDI, a un ministro de estado, a un destacado abogado y a un expresidente de la república que se beneficiaba directamente con las filtraciones y oscuros manejos efectuados por su primo, su amigo abogado y su “hombre de confianza” en la policía de Investigaciones.