¿Qué es, en esencia y rigor, la ‘libertad’?

Arturo Alejandro Muñoz
A riesgo de parecer imbécil, ignorante, mala leche o payaso, quiero preguntar a quienes de verdad saben de estos temas: ¿qué es, realmente, la ‘libertad’?
Apoyo mi consulta en lo que una vez leí, siendo estudiante universitario el siglo pasado, en ese libro titulado “El miedo a la libertad”, escrito por Erich Fromm, texto que recomiendo sin ambages.
La IA (Inteligencia Artificial) dice que la libertad es la capacidad humana de actuar por voluntad propia, sin que se le imponga la dirección o manera de tomar y ejercer sus decisiones. Implica asumir la responsabilidad por los actos propios y sus consecuencias. Es un derecho fundamental que permite vivir en una sociedad justa.
Pero, según lo leído, ¿es que el concepto ‘libertad’ está circunscrito y asfixiado únicamente a lo referido al pensamiento político y social?
Hagamos un alto y veamos lo siguiente. Se dice que hay una “libertad de pensamiento”, y ello -me imagino- debe estar ligado férreamente a la posibilidad de dar a conocer públicamente ese pensamiento. Si tal cosa no ocurre, entonces, la mentada ‘libertad’ se ata sólo a lo personal, a tener -usted o yo- un particular pensamiento sobre determinadas materias, pero muy en lo íntimo, casi en silencio. ¿Sirve ello socialmente? Parece que no.
Obviamente, esa ‘libertad’ tiene patas cortas ya que, si no sale al mundo, simplemente vive y muere en la propia conciencia del individuo.
Ah …entonces la libertad de pensamiento va mancomunada con la libertad de publicación, o de comunicación, o de enseñanza, o de prensa. Comienza a complicarse este asunto, pues por angas o mangas interviene el dinero en esta trenza fundamental.
O talvez, el concepto mismo se asocie principalmente a la posibilidad de moverse, de trasladarse de un sitio a otro sin restricciones.
Como es posible barruntar, todo aquello que dice relación con la libertad está enmarañadamente mezclado con la capacidad económica de ejercerla. Parece que por ahí va la explicación.
Una persona económicamente pobre tiene casi nulas posibilidades de dar curso efectivo a una libertad absoluta de su pensamiento, su traslado y su comunicación. En su caso, la mentada ‘libertad’ podría servirle e importarle un carajo, toda vez que queda castrada al primer paso, y deberá mantenerla prístina y lúcida solamente en su mente, en su alma y en su corazón…aunque en encierro eterno.
Parece que, sin dinero, sin capacidad económica real, algunos derechos experimentan rápidamente síntomas de autopsia, pues resulta cosa innegable que el oro, el dólar y el ‘aceite fenicio’ dan solidez y realidad a los derechos fundamentales solamente de aquellos seres humanos que disponen de ellos.
Tal vez, ‘libertad’ sea aquello que uno decida hacer, no hacer, pensar o no pensar, pero siempre transitando la senda de una legalidad que otros han impuesto, entonces… ¿qué es realmente la ‘libertad’? Yo aún no lo sé a ciencia cierta.