Vientos del Pueblo

Por Juan Fran Torres
Santiago de Chile, 27 de febrero de 2025. Desde los gobiernos de Sebastián Piñera hasta el gobierno de turno, la desigualdad ha aumentado considerablemente en nuestro país. Las AFP se han institucionalizado, aumentando el robo descarado a los ahorristas y a su vez, generando pensiones de miserias y más pobreza en nuestro país. Mientras tanto, los fondos privados se llevan todos los ahorros de los trabajadores y trabajadoras de Chile ante la efervescencia cómplice de la ministra del Trabajo, el ministro de Hacienda, Andrónico Luksic y José Piñera, si, el mismo que creo las AFP.

La corrupción en el poder judicial sigue inclinando la cancha a favor de los poderes fácticos que controlan el Estado. En la última semana el Ministerio Público decidió “no perseverar” en la investigación de 1.509 casos de violencia ejercida por agentes de Estado en contra de ciudadanas y ciudadanos en el contexto de la revuelta social de octubre de 2019, causando una profunda indignación y el rechazo de diferentes organismos internacionales vinculados a los derechos humanos, entre ellos Amnistía Internacional.

La red de corrupción de Luis Hermosilla, Andrés Chadwick, Ángel Valencia entre otros, han operado sistemáticamente para seguir enriqueciéndose y para perseguir a los liderazgos populares que promueven transformaciones sociales para el país. Así ha quedado evidenciado en este último tiempo.
Deslealtad al Pueblo de Chile
En La Moneda tenemos a un Presidente acobardado, completamente rendido al modelo, que con su inacción ha permitido el avance desmedido de la extrema derecha. Gabriel Boric se ha dedicado en este último tiempo a operar en silencio impulsando a Carolina Tohá, con el objetivo de bloquear a alguien que se quiera levantar en su espacio político.
Todo esto con una intención a futuro, seguir manteniéndose como la “figura irremplazable» en su entorno político y pretender aparecer en 2028 como una especie “salvador”. Ese ha sido su objetivo principal, es por eso, que en sus cálculos políticos un posible gobierno de extrema derecha sería el mejor escenario para sus ambiciones personales.
Por otro lado, se suma de manera simbólica a la operación de enviar señales a la expresidenta Michelle Bachelet, traicionando de vuelta a la ministra del Interior, como el siempre acostumbra a hacer.

Un Presidente que no cumplió su palabra y nos mintió a todos y a todas. La historia y el pueblo se encargará de juzgarlo, por traicionar el programa de Apruebo Dignidad y además, por alinearse descaradamente a Estados Unidos y a las políticas neoliberales de Occidente. Esos mismos que provocaron una herida imborrable en nuestro país.
Este gobierno que fue elegido por amplias mayorías de izquierda popular, fue capaz de recibir al Comando Sur de los EEUU para realizar ejercicios militares en conjunto. No le importo que fue EEUU el que perpetró un Golpe de Estado en contra del Presidente, Salvador Allende y vulneró la democracia en nuestro país, asesinando, torturado, desapareciendo y condenando al destierro a miles de nuestras familias.

Un gobierno que aprobó leyes (Nain Retamal) para criminalizar y asesinar a nuestra Juventud. Un gobierno que acentuó la militarización en el Wallmapu y la persecución contra nuestros pueblos originarios (mapuche).
Un jefe de Estado que negoció la entrega de nuestro litio y recursos naturales a trasnacionales canadienses y del mundo. Y que tuvo el cinismo de decir que en Chile “No había persecución política” y que las «instituciones funcionaban», cuando encarcelaban a Daniel Jadue y demás líderes sociales y mapuche completamente inocentes.
Fue tanto a lo que se atrevió, que hasta llamó «demócrata» a Sebastián Piñera, pese a que este se robó un banco, mutiló y asesinó a cientos de jóvenes en nuestro país. Además de todo lo anteriormente expuesto, fue Gabriel Boric quien nos metió en la OTAN y en el conflicto de gran escala entre Rusia y Ucrania. Y hasta el día de hoy no se ha pronunciado por el asesinato del periodista chileno, Gonzalo Lira, a manos del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU).

Y para variar, en el Gobierno de Gabriel Boric a tráves de su ministro de Justicia y Derechos Humanos se condenó a la Primera Línea, considerando que fue “un error haber respaldado a la Primera Línea”. A ese nivel de provocación y ofensa llegó este gobierno, siendo la Primera Línea un gran movimiento que hizo frente a la brutal represión y violencia estatal ejercida por el gobierno de Sebastián Piñera y los Carabineros de Chile. La Primera Línea fue reconocida por diferentes organizaciones internacionales de protección a los Derechos Humanos, entre ellos el mismísimo Baltasar Garzón, juez español que llevó a la cárcel al dictador Augusto Pinochet.
Ahora mismo, nuestro país vive un momento muy complejo donde millones de chilenos y chilenas sufren cada día más por la acentuación del modelo neoliberal. Por ejemplo, en San Antonio son más de 10 mil personas, agrupada en 4 mil familias y cerca de 3 mil 300 niños y niñas corren el riesgo de quedarse sin techo y en la calles sin nada. Ante la falta de una solución real por parte del gobierno, estas familias quedarán expuestas ante un posible gobierno de derecha. Es importante destacar que, Gabriel Boric tiene el mecanismo legal en la mano de la expropiación, siendo este un mecanismo totalmente legal cuando esta en peligro la vida del pueblo.
Las privatizaciones de las empresas estrategicas es otro ejemplo, hace unos días ocurrió un Black Out o apagón masivo, un hecho de suma gravedad porque atenta contra la seguridad nacional del país y demuestra lo vulnera que se encuentran los servicios básicos y esenciales en Chile. Además del servicio eléctrico, el colapso total de las telefonías y las comunicaciones agudiza más la situación. En Chile, los privados y los capitales extranjeros tienen el control de los servicios básicos del país, dejando a la ciudadanía en un estado de indefensión total.
Esfuerzos de Unidad

En las últimas semanas hemos visto diferentes señales de unidad en la izquierda chilena, encuentros importantes y significativos en este momento donde los reaccionarios amenazan con la toma del poder político para aplicar más medidas austeridad en el país. Estos acercamientos han sido bien valorados por la diversidad natural que existe en la izquierda en Chile.
Daniel Jadue sigue siendo el principal referente y liderazgo en la izquierda popular en el país. Si bien es cierto, que su futuro político aún sigue sin definirse por la guerra judicial en su contra, los demás aspirantes de la izquierda a La Moneda han reconocido en el histórico líder político una figura esencial, de articulación y definitoria para las próximas elecciones presidenciales del 2025.

En los últimos encuentros entre Daniel Jadue, Marco Enríquez-Ominani, Cristian Cuevas y miembros del Partido Comunista, Partido Humanista, Partido Popular y Partido Igualdad, se ha coincidido en la necesidad de armar un frente común para enfrentar a la ultraderecha, que cada vez ocupa más espacio en el escenario nacional. En estos encuentros se ha evaluado seriamente la posibilidad de llevar una lista única parlamentaria para las próximas elecciones generales. Esta iniciativa política estaría impulsada por Daniel Jadue y contaría con el visto bueno de Lautaro Carmona, recientemente electo como máxima autoridad del Partido Comunista de Chile junto a Bárbara Figueroa, como Secretaria General.
Ya llega marzo y la hora de las definiciones, ante un escenario completamente abierto hay que seguir promoviendo la máxima unidad en medio de la diversidad de la izquierda chilena. Ese es el principal objetivo planteado desde la izquierda para enfrentar a los amarillos en el gobierno y a la ultraderecha negacionista.
Ante la situación actual que se vive en el país, se debe apostar por la máxima conciencia y unidad nacional, entorno a un proyecto de país que sea capaz de brindar soluciones al pueblo e intervenir de manera urgente para nacionalizar los principales servicios básicos, como la energía eléctrica, el agua, empresas estratégicas y el cobre. El modelo neoliberal ha debilitado al Estado y sus instituciones, los privados se han dedicado a aumentar sus ganancias a costa del pueblo y nunca han asumido sus responsabilidades en las últimas situaciones vividas.